jueves, 27 de enero de 2011

Visiones del Convenio General de Industria Química


Como todos los asociados sabrán el pasado 20 de enero, día de San Sebastián, se firmo la revisión salarial del Convenio General de Industria Química (si está usted leyendo esto, no está usted asociado y trabaja en una empresa química… no sé a qué está esperando para asociarse).

A raíz de ello, esta mañana, Juan Antonio Molis, asesor laboral, le ha mandado a Izaskun Astondoa, presidenta de AVEQ-KIMIKA el email que reproduzco.

A ver si mañana, en mi condición de miembro de la Comisión Negociadora del Convenio General de al Industria Química, en un momento, escribo algo para responder... o al menos para intentarlo:


Qué razón tenía mi abuela con aquello de que en boca cerrada no entran moscas. Pues salgo trasquilado viéndome en escribir estas líneas, por mor de no haber callado a tiempo. Mas el ánimo se me estaba encendido al leer ese viraje de los negociadores del convenio de esa tu actividad -que localmente, además, presides-. Es para mí de tal tamaño desafuero que, no pudiendo como no pude evitar explayarme, debo ahora, aunque no quiera, entretener mis ratos en concretar lo dicho.

Pues bien: sepas que se ha de partir de dos premisas para entender la presente: primera, que es muy corta mi capacidad y conocimiento de los mecanismos de la negociación de los grandes convenios colectivos (aunque a mi parecer, no debiera ser muy diferente establecer las condiciones de trabajo de ciento que de ciento y mil); y, segunda, que opino desde el ámbito de la pequeña empresa (que es en mi opinión lo que abunda en este país), y que aún desconociendo qué proporción del total de los trabajadores dedicados a laborar en químicas (en sus diversas facetas), los empleados en pequeños negocios son, con harto, muchos más que en las grandes, a lo que añadiré que, a los susodichos grandes, de poco les sirve el convenio general, pues es habitual que dispongan del suyo propio y particular.

Tengo mis dudas de la legalidad de que la comisión negociadora del convenio de químicas, pueda reunirse cuantas veces le plogue para rearticular lo ya negociado y acordado (y tal vez algún experto y sesudo conocedor de la materia, incluso diga que hablo de lo que no sé). Pero hete aquí que lo han hecho (en abril pasado). Y, para más INRI, retrotrayendo lo acordado al 1 de enero anterior, y a resultas de lo que sea el IPC del año; es decir, de lo que el INE diga en enero de 2011 (en el que ahora estamos).
Siempre me ha parecido una ligereza, además de una falta de imaginación, un engorro y un perjuicio al correcto discurrir de los acontecimientos, la retroactividad de los convenios colectivos. Como si esa retroactividad resolviera algo distinto a lo que sería pagar lo mismo pero sin andar para atrás. Y añadiré: ¿a cuántos pequeños empresarios, si se les consultara, les parecería bien en aras de la paz social, retrotraer -como es habitual- los cálculos salariales, para recomponer los sueldos desviados por un IPC que va por donde nadie puede prever y al que no es posible adelantarse? Y ¿qué impide que las mismas cantidades que se van a repartir o entregar por efecto de esa retroactividad, se abonen hacia delante junto con las que puedan corresponder al momento presente o futuro?

Veamos un suponer hipotético: un trabajador en el año 2010 ha ganado según lo pactado previamente 30.000 €. Supongamos que de haber hecho los cálculos con adecuada previsión hubiera ganado 31.000 €. Es decir, se le deben 1.000 €, que la empresa desembolsará, además de las correspondientes cuotas -también retroactivas-, a la seguridad social. A su vez el trabajador en el año 2011 habrá de ganar 31.000 €, más lo que suponga la subida de este año -pongamos 1.500 €-. Con todo, el trabajador ganará: 1.000 € (de atrasos) + 31.000 € (del ejercicio) + 1.500 € (de subida)= 33.500 €. ¿Qué impide establecer el salario de este trabajador para este año en dicho importe? Si al final del ejercicio 2011 vuelve a haber una desviación, se procede de la misma manera, sabiendo que 1000 son el ajuste del año anterior y que, por tanto, deben desaparecer. Pero que si hay que hacer la misma cuenta, por la misma razón de la desviación del IPC (ya estamos en 2012), sólo hay que operar de la misma manera, pero ya tenemos 1.000 € incorporados a la cuenta. ¿Y si fuera hacia abajo?, pues se consolida lo cobrado (incluso los 1.000 € de la desviación del año anterior) y tenemos 1.000 € incorporaos a cuenta de lo que pueda suceder.

En definitiva, el giro en la negociación (insólito en el histórico de los convenios colectivos), se ha producido porque las previsiones fueron impensablemente superiores a la realidad, de modo que había que bajar los salarios según lo pactado en su día.

Como verás, un galimatías de pegolete, pero si bien lo miras, es más fácil que hacer retroactividades y evita el desembolso de las cantidades desajustadas en un único pago.

He querido ser breve y claro ¿lo habré conseguido? Quizá estas disquisiciones son impresentables a una junta colegial, pero ya va siendo hora de que nos bajemos de la mera rigidez formal en aras de la eficacia y el INTERÉS COMÚN.

¿De verdad quienes han pergeñado este apaño de renegociación del convenio creen que ayudan a los empresarios que representan?

Con todo mi afecto y consideración.


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