jueves, 26 de diciembre de 2013

El Nombre del Paisaje





“Spoiler”, es un término inglés que se usa en Internet para referirse a un “destripe”, es decir, a la descripción de una parte importante de la trama de un programa de televisión, película, libro, etc; antes de que sea exhibido al público.

Pues bien, esta entrada contiene un Spoiler. Es un spoiler muy menor, de un libro publicado en 1980 y de una película estrenada en 1986, pero un spoiler al fin y al cabo. Así que, como soy muy respetuoso con estas cosas, los párrafos en concreto están marcados en letra roja.


Termina la novela de Umberto Eco, “El Nombre de la Rosa”, con una frase en latín: Stat rosa pristina nomine, nomina nuda tenemus  algo así como (Aunque) la rosa tiene un nombre antiguo, de la rosa sólo tenemos el nombre desnudo. Es decir, que la figura literaria de la rosa se ha utilizado tanto que ha perdido su significado.

Quizás nos pase algo parecido con el paisaje: ¿Qué es un “paisaje”?, y, sobre todo,  ¿qué es un “paisaje” que deba protegerse?... y reconozco que la respuesta no es sencilla, tanto que ni el Convenio Europeo del Paisaje, el Convenio de Florencia de 2000, firmado en el marco del Consejo de Europa, se moja demasiado:

(Art. 1.a)  por “paisaje” se entenderá cualquier parte del territorio tal como la percibe la población cuyo carácter sea el resultado de la acción y la interacción de factores naturales y/o humanos.

(Art. 1.d) por "protección de los paisajes" se entenderán las acciones encaminadas a conservar y mantener los aspectos significativos o característicos de un paisaje justificados por su valor patrimonial derivado de su configuración natural y/o la acción del hombre.

Y, como nos siguen quedando tantas dudas, podríamos, alegando el artículo 3.1 del Código Civil, aquel tantas veces citado en estas páginas que empieza por "Las normas se interpretarán según el sentido propio de sus palabras...", acudir al diccionario... pues bien, esta vez, la Real Academia no nos es de gran ayuda:

paisaje
1. m. Extensión de terreno que se ve desde un sitio. 

A pesar de todo ello, el Convenio de Florencia, y derivado del mismo,  el proyecto de Decreto  de protección, gestión y ordenación del paisaje en la ordenación del territorio que prepara el Gobierno Vasco, reconocen el valor jurídico del paisaje, decretan por tanto su carácter de “bien jurídico” merecedor de protección y reconocen su gran influencia sobre el bienestar individual y colectivo, su valor estético y ambiental y su dimensión económica, cultural, social, patrimonial e incluso identitaria para la sociedad.

Resulta indudable la importancia social del paisaje y su trascendencia económica clara y directa pues es obvio, por resaltar lo evidente, que un bello paisaje hace que los clientes de un establecimiento hostelero estén dispuestos a pagar un precio más alto por sus habitaciones o incluso que un inmueble valga más dinero en el mercado.

Es el paisaje un valor jurídico digno de proteger pero muy difícil de ordenar. ¿Cómo se “mejora” un paisaje?, ¿es la belleza de un paisaje algo mesurable?... lo que a alguien puede parecerle hermoso a otro puede no gustarle... y es que, en realidad, no es el paisaje nada más que una cuestión estética. Importante, sin duda, pero estética.
  
Gira la trama de “El Nombre de la Rosa” en torno a los crímenes cometidos en una abadía medieval. En invierno de 1327, Guillermo de Baskerville y su discípulo y, a la sazón, narrador de la historia, Adso de Melk, llegan a una ficticia abadía benedictina, famosa por su gran biblioteca, situada en los Apeninos Ligures, los montes que separan la costa de Génova del valle del Po.

Acuden como delegados de la orden franciscana a la que pertenecen, la orden fundada por San Francisco de Asís que, en claro contraste con la riqueza y esplendor alcanzado por los bendictinos, dedicados a recaudar los diezmos de los campesinos y a custodiar, casi en exclusiva en sus abadías, la cultura europea desde el siglo VI, predica la pobreza y la humildad como verdaderos valores del cristianismo.

La reunión convocada es importante pues de ese debate entre los franciscanos y los delegados papales, algunos de ellos cardenales, príncipes de la Iglesia cubiertos de oro y sedas, podría derivar la declaración de la doctrina de la pobreza apostólica, base del ideario franciscano, como herética y terminar en la proscripción de la orden.

Sin embargo, los preparativos de la reunión se ven alterados por las sucesivas muertes de varios monjes de la abadía anfitriona. Muertes que finalmente se ven asociadas a un libro. Un libro absolutamente extraordinario. "Un libro que mata o por el que los hombres matan" y que resulta ser la única copia existente de la segunda parte del libro de la "Poética" de Aristóteles, la parte llamada "La Comedia".


Efectivamente, en realidad, la copia más antigua que se conserva en Europa de la “Poética” data del siglo XII y es una traducción, no del griego sino del árabe, a partir de las copias introducidas en el pensamiento europeo por el filósofo andalusí Averroes, verdadero responsable del re-descubrimiento el pensamiento aristotélico en la Europa medieval. Dicha copia solamente contiene la mitad del supuesto libro original, la parte denominada “La Tragedia”, la segunda parte del mismo, que debió llamarse "La Comedia", se ha perdido.

Aristóteles dedica la parte del libro que se conoce a reflexionar sobre la estética, analizando los elementos de una tragedia o de una epopeya y sus diferencias fundamentales con la historia, sobre las razones últimas para que algo nos parezca bello y hermoso.

Concluye Aristóteles que, si bien la historia debe ser la mera descripción del hecho crudo, el genero literario se basa en la mímesis, en la imitación de la naturaleza con finalidad artística, en la interpretación y necesaria alteración de "lo natural", a través de la mano del artista para, ponderando los aspectos épicos, grandiosos, infaustos, conmovedores, alterar el sentimiento del público hacia, en el caso de la tragedia, la pesadumbre y la melancolía. Según Aristóteles, es hermoso aquello que nos conmueve, que es capaz de alterar, en un sentido o en otro, nuestros sentimientos.

Pues bien, ni siquiera Aristóteles parece poder ayudarnos en nuestras dudas sobre el paisaje. El propio Convenio de Florencia parece prever estas dudas y determina que el paisaje será objeto de protección, independientemente de su carácter natural o artificial, primigenio o alterado. Será por lo tanto analizado y, susceptiblemente protegido, la percepción de valor estético que la sociedad tenga sobre un territorio, pudiendo abarcar este concepto tan indeterminado, desde las vistas del Txidoki, los campos de cereal de la Llanada Alavesa, las minas abandonadas de los montes de Triano o, ¿por qué no?, el panorama de la ría del Nervión, con sus fábricas, sus astilleros, sus grúas, sus ruinas industriales y sus cargaderos de mineral. ¡Qué difícil es regular los sentimientos!

El proyecto de Decreto prevé varios instrumentos para la proteger el paisaje: Catálogos del Paisaje, Determinaciones del Paisaje, Planes de Acción del Paisaje, Estudios de Integración Paisajística y, finalmente, las usuales y genéricas Medidas de Sensibilización, Investigación, etc. propias de todos los aspectos ambientales.

Los Catálogos serán un instrumento administrativo que irán recogiendo las áreas y lugares que deben identificarse como paisajes protegidos y, por lo tanto, determinarán la necesidad de poner en marcha el resto de instrumentos establecidos por el Decreto. 

Las Determinaciones del Paisaje serán normas que condicionarán los instrumentos de ordenación del territorio y urbanismo. Los Planes del Paisaje serán instrumentos de intervención integral para la protección y ordenación de un paisaje en áreas de especial interés incluidas en los catálogos.

Y, por último, además de las Medidas de Sensibilización, el Decreto regula los Estudios de Integración Paisajística que deberán incorporase, como un documento más, a los proyectos de obras públicas y a los que sean objeto de Estudio Individualizado de Impacto Ambiental.

El Decreto, y el Convenio de Florencia, prevén que, en muchas ocasiones, será necesario alterar el paisaje y que la conservación de éste no puede considerarse un valor absoluto sino que debe ponderarse junto con el resto de factores y elementos que componen un Desarrollo Sostenible.

Sin embargo, los intentos del proyecto de norma, y del propio Convenio, de objetivar algo tan subjetivo como la estética del paisaje, personalmente me parecen fútiles. La consecuencia de la aplicación de sus normas será que, si ya era difícil (casi imposible) poner en marcha un parque de aerogeneradores en la Comunidad Autónoma Vasca, instrumento imprescindible para el Desarrollo Energético Sostenible de nuestra sociedad ahora, al incluir de forma tan destacada un aspecto tan opinable como la percepción del paisaje, será definitivamente una entelequia (palabra, por cierto, también de origen aristotélico).

Los monjes benedictinos de "El Nombre de la Rosa" estaban dispuestos a matar por una visión estética. Para que no se difundiera la existencia de un libro escrito por "su" gran filósofo griego, el padre primigenio de la filosofía escolástica. Un libro que ponderaba la risa y la diversión, como algo estéticamente bello. Su mera existencia removía sus principios, su filosofía vital, muy propia de la Alta Edad Media y del Románico, que se basaba en percibir la vida como una tragedia, como un "valle de lágrimas", como una angustiosa prueba de sufrimiento, camino del infierno o de la salvación.

Los franciscanos lideranban un pensamiento nuevo. Representado en el arte Gótico con las imágenes de la Virgen y el Niño, de ángeles cercanos y sonrientes. Una visión del mundo en el que la alegría tenía un sitio y un sitio fundamental, en el que Dios no era un severo juez vengador sino un padre bueno, cercano y amable.

Hubo un tiempo, por suerte ya pasado, en el que había gente en Euskal Herria dispuesta a matar para defender su visión del medio ambiente y aún hay sectores sociales importantes con visiones maximalistas, simplistas y maniqueas sobre lo que es bueno y lo que es malo para el Desarrollo Sostenible.

No puede ser la Comunidad Autónoma Vasca la patria del "No" a cualquier forma de desarrollo. Y mucho me temo que introducir en los procedimiento legales factores tan opinables como la estética del paisaje favorece, precisamente, a esas posiciones muy poco basadas en la ciencia y sí en los sentimientos.

El Convenio de Florencia nos ha traído una materia de gestión que ha venido para quedarse. Hace bien el Gobierno Vasco en regularlo y darle cauces... pero es tan difícil encauzar los sentimientos...

viernes, 20 de diciembre de 2013

11 horas en Gipuzkoa



Se supone que esto de los blogs tiene que ver con que cada uno cuente su vida. En realidad, esto no es más que un diario. Así que hoy he decidido contarles lo que hice este pasado miércoles en San Sebastián y alrededores.

Algunos de ustedes ya saben, pues creo habérselo contado alguna vez en estas mismas páginas, que yo no soy más que "medio de Bilbao". Asumo que es un defecto grave, del que no debería alardear, pero creo mucho en la sinceridad. No es que presuma de ello, claro, pero es un dato importante que no debo ocultar.

Aunque, debido a la profesión de mi padre (corresponsal de prensa) mi familia vivió en varias ciudades Europeas, desde muy pequeño hasta los 26 años, viví en Madrid y no fue hasta entonces que me vine a vivir a las orillas de El Abra.

Durante todo aquel tiempo, mis padres siguieron manteniendo una estrecha vinculación con el valle de Zuia, con Murgia, y allí pasábamos aquello largos veranos, hoy desaparecidos, de nuestra infancia y adolescencia. Murgia, y por cercanía y vinculación, Bilbao y Vitoria, son el escenario de muchos de los mejores, y también alguno de los peores, recuerdos que guardo.

Sin embargo, San Sebastián quedaba lejos. Es cierto que todos los veranos, al menos hacíamos una excursión a Donosti, a Zarautz, a Hondarribi, a La Concha y a tomar un helado a la heladería italiana del Boulevard, pero solamente era turismo.

Es seguramente por todo ello que, cuando en 1997 comencé a trabajar en la Asociación de Quimicas, el territorio de la Comunidad Autónoma Vasca que menos conocía era Gipuzkoa.  Desde entonces, he ido descubriendo un lugar y una gente a la que no dejo de admirar.

Ayer miércoles (antes de ayer para ustedes), encadené tres citas distintas en Gipuzkoa que, si bien todas ellas estaban relacionadas con el medio ambiente industrial, no tenían demasiada relación entre sí y, sin embargo, en las tres terminó saliendo una cuestión, muy propia de la forma de ser y de trabajar de los guipuzcoanos.

Por la mañana, Iñaki Ugarte, director del Cluster del Papel de Euskadi, había tenido la amabilidad de invitarme a una reunión ordinaria del grupo de trabajo de responsables de medio ambiente de las empresas papeleras de la Comunidad Autónoma.

Hace ya tiempo les conté mi visión sobre el papel. Les conté que considero que el papel tiene un hueco en un mundo sostenible. Les expliqué que, en mi modesta opinión, el axioma que todo el mundo parece creerse que dice que el papel es "malo" para el medio ambiente es falso. La sociedad piensa que, al usar el papel, se destruyen los bosques y se imagina, con una lágrima en la mejilla, a las ardillas expulsadas de su hogar... es curioso que no ocurra lo mismo al comer pan y pensar en los pobres ratoncillos expulsados de sus madrigueras por las cosechadoras...

Hoy en día, el papel que se elabora en Euskadi procede de bosque sostenibles, de plantación, que capturan dióxido de carbono de la atmósfera y luchan contra el calentamiento global... y no se me ocurre una forma más noble de almacenar carbono que en forma de biblioteca.

Tras una larga e interesante introducción dedica a comentar los aspectos más destacados de la norma ISO14.006 de ecodiseño, Iñaki llevó la reunión a un endiablado ritmo de marcha, pasando por una docena de temas que preocupan, pero que sobre todo "ocupan", a los departamentos de medio ambiente de las papeleras.

Aunque asistían al menos dos empresas de Bizkaia, la mayoría, como es lógico, era de Gipuzkoa. Forman todos ellos un selecto grupo, con un elevadísimo nivel técnico, que me recordaba mucho a nuestras propias reuniones. Personas que hacen su trabajo rozando la perfección pero que se enfrentan a una sociedad que no se lo reconoce y, sobre todo, que no hace más que recordarles un pasado mucho menos glorioso.... a este respecto, siempre me he preguntado por qué no se les recuerda siempre a los médicos la época en la que hacían sangría tras sangría hasta matar al paciente...

A mediodía había quedado para comer con dos técnicos de una empresa asociada. No me dejan decir con quién (y es eso parte de la idiosincrasia de los valles de Gipuzkoa) pero que si me dejaran, ya les habríamos propuesto para los Premios Europeos de Medio Ambiente.

Comimos un menú en un restaurante de un polígono cercano y me estuvieron contando sus dos últimos años de trabajo, peleando a brazo partido, en mercados y foros europeos, con algunas de las empresas más competitivas de la química mundial. Son líderes en inversión y en tecnología, en emisiones y en balance ambiental y se han visto obligados a presionar al alza a la Comisión Europea en su exigencia ambiental... muy a pesar de los esfuerzos en sentido contrario de representantes británicos y alemanes.

Por la tarde, rematé el día acercándome al Kursaal. Llegué con tiempo y me asomé al muelle, junto a la playa de la Zurriola, a contemplar las olas pelear contra el Urumea y saqué la foto que ilustra esta entrada.

Fui testigo del austero, sencillo y breve homenaje que el Gobierno Vasco ofrecía, de la mano del propio Lehendakari, a las empresas verificada con el Reglamento EMAS. Tres empresas asociadas recogieron su diploma, FPK, Tepsa y Laboratorios Inteman.

Al terminar, mientras los homenajeados se hacían la correspondiente foto de familia, tuve ocasión de charlar con dos expertos en comunicación ambiental, con los que siempre resulta muy interesante hablar, como son Susana Unzurrunzaga y Xabier González Vegas.

Hablamos, claro está, de lo importante que hacer visible el reconocimiento que la industria vasca merece por el trabajo bien hecho en materia ambiental en los últimos 20 años pero también, de la tremenda paradoja, de la que en gran medida son las propias empresas culpables, por sus reticencias a comunicar, a venderse y a contar a los cuatro vientos lo bien que están haciendo las cosas.

Somos los vascos poco dados a "vendernos", y quizás los guipuzcoanos menos aún. Empresas situadas en el fondo del valle del Oria, del Deba o del Urola, líderes mundiales en su particular sector, exportando a más de 30 países, certificados en los más altos estándares de excelencia ambiental... y de los que sus vecinos nunca han oído hablar.

"Cuando no hacíamos las cosas bien, no decíamos nada, y ahora, que las hacemos al mejor nivel mundial... seguimos sin decir nada - me dijo uno de los técnicos a los que pude saludar, uno que no se priva de vestirse de cocinero y tocar el barril cada 20 de enero - Luis: puedes esforzarte todo lo que quieras, pero no creo que consigas cambiarnos, nosotros somos así..."

lunes, 9 de diciembre de 2013

De los residuos, del REACH y de la mala fama de los abogados.

Vous aviez faim, vous aviez faim, ça n'est que raison, mais moi aussi presque tous les jours j'ai faim et je ne vole pas pour cela! - 
Tenías hambre, tenías hambre, eso no es razón, yo también tengo hambre casi todos los días y no robo por eso.
(Honoré Daumier, Les Gens de Justice n15 -  Le Charivari - 1845-1848)


Suelo decir yo muchas veces que gente con ética y gente sin ética te encuentras en todas partes. Que, de la misma manera que hay liberados sindicales estrictos cumplidores con su deber y que se esfuerzan al máximo por defender los derechos de los trabajadores, también los hay vagos redomados y escaqueados de la más baja condición.

De la misma manera, y en idéntica proporción, existen empresarios piratas, empresarios roba panes y deshonestos pero son legión los estrictos cumplidores de las leyes, los sensatos y hacendosos  que mediante su arrojo y valor crean riqueza en su comunidad y entorno.

Como no podía ser de otra forma, en todas las profesiones y oficios, hay personas honestas y deshonestas. Y tal vez ni eso, pues la frontera entre el bien y el mal no está marcada de forma nítida y, por desgracia para nuestra tranquilidad de conciencia (para los que padecemos por tenerla, claro) las escalas de grises tienen tantos matices como personas existen.

Fontaneros, albañiles, empleados de banca, policías, ingenieros, químicos, informáticos o abogados no son diferentes en ese aspecto… y seguro como estoy de ello, no puedo dejar de preguntarme: ¿por qué somos los abogados los que tan mala fama arrastramos?

Yo tengo una teoría…. y  si quieren comprobarla en vivo y en directo, pásense este viernes por APD Bilbao y creo que les daremos una buena muestra de ello.

En mi particular y muy modesta opinión, los abogados tenemos mala fama tal vez porque nuestra profesión nos obliga a defender una cosa y la contraria de forma habitual, sin inmutarnos demasiado, en pos de la defensa de los intereses de nuestros clientes… que para eso nos pagan. Esa relatividad moral propia de nuestra profesión, no se da, al menos de forma tan evidente, en otras profesiones y oficios.

Pues bien, el tema que se va a tratar el viernes que viene en APD Bilbao, dentro del Foro 2013 de Medio Ambiente, y que llamamos coloquialmente “residuos y REACH” es uno de los aspectos que más ha propiciado esta doblez de la, por otro lado siempre bien argumentada opinión de los abogados que nos dedicamos a esto de la industria.

Hasta la aprobación del REACH en diciembre de 2006, y ante la inexistencia de un reconocimiento legal de los “subproductos” en la normativa aplicable a los residuos pero su efectiva existencia real en el tráfico mercantil y en la realidad industrial, desde AVEQ-KIMIKA defendimos ardorosamente que subproductos de casi cualquier condición eran "productos" a efectos legales y que no se podía exigir a sus adquirentes la condición de gestores. No podemos ocultar que en las zonas grises, preservada la estricta protección del medio ambiente, siempre hemos sido partidarios de favorecer la celeridad del tráfico y la apertura de mercados para favorecer la competencia. Someter los subproductos a la normativa de residuos iba, precisamente, en contra de esas premisas.

Pero la puesta en marcha del Reglamento REACH primero y de la Directiva Marco de Residuos después, que vino a reconocer la existencia legal de los subproductos de una forma, cuando menos, un tanto enrevesada. pusieron esa premisa "patas arriba" y nos encontramos, de repente, que algunas empresas nos pedía que defendiéramos justo lo contrario de lo que hasta entonces habíamos defendido. Con las mismas premisas pero con diferentes primero motivos.

Otro día les daré detalles... pero si quieren un adelanto, pásense por APD Bilbao el viernes, allí estaremos Borja Fernández Almau, Maribel Martínez, Jesús Ángel Ocio y yo para debatir y contestar a sus preguntas.

Ahora, tampoco se extrañen si a alguna de ellas les tenemos que responder con un rotundo y sonoro "no sé"... no les daremos solución a su problema pero, al menos, habrán visto que somos sinceros. Al fin y al cabo, ni Maribel ni Jesús Ángel son abogados... eso que llevan ganado.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Aquella noche en Bhopal




Si soy completamente sincero les diré que he dudado mucho si debía o no debía escribir sobre este tema en el blog. Este es, al fin y al cabo, el blog de la Industria Química Vasca y recordar el episodio más negro de la historia de la industria y quizás de la tecnología humana, no parece propio de un blog empresarial, destinado en su esencia a contar los indudables beneficios que nuestro sector reporta a la sociedad.

La noche entre el pasado 2 y 3 de diciembre se cumplieron 29 años del desastre de Bhopal y dudaba si debía o no contarles algo sobre ello. Ayer miércoles por la mañana ya lo había descartado y pensaba aburrirles con un ladrillo sobre el proyecto de Ley de Evaluación de Impacto Ambiental o, quizás mejor, contarles algo bastante más ameno sobre de qué tratará la jornada al respecto del Reglamento REACH y los residuos que celebra APD el próximo 13 de diciembre en Bilbao.

Sin embargo, ya por la tarde, alertado por un tuit de Tomás Pérez escuché la sección, en el programa La Ventana, que dirige y presenta Carles Francino en la Cadena SER, en la que cada semana Nieves Concostrina, periodista y escritora, cuenta de forma muy amena un episodio histórico.

La semana pasada, por ejemplo, relataba el descubrimiento de la tumba del faraón Tutankamón por parte de la expedición que dirigía Howard Carter en 1922. Les confesaré que, habiendo llegado ya a una cita en el Palacio Euskalduna, a la que no me quedó más remedio que ir en coche, me demoré un poco una vez ya aparcado para intentar escuchar la sección completa. Muy recomendable.

Como pueden imaginarse, el tema de ayer fue precisamente el 29 aniversario de la tragedia de Bhopal y reconsideré mi decisión y pensé que la industria, que en esencia es el compendio de los mayores logros tecnológicos que ha alcanzado la humanidad para su propio bienestar, debe recordar y, con ello, no repetir sus errores del pasado, aprendiendo de cada lección, algunas tan duras como la de aquella noche en Bhopal. Si quieren oírlo:



Es obvio que Bhopal fue un acto criminal en toda regla. Una negligencia en el mantenimiento y gestión de una instalación sin actividad productiva pero que almacenaba sustancias peligrosas.

Pero quizás convenga contextualizar algunas cosas y, como me suele suceder por otro lado, defender lo indefendible, tratando de dar una visión más amplia a lo que todo el mundo cuenta sobre aquel suceso y que son, precisamente, los aspectos a los que se ha limitado la historia que Nieves Concostrina ha relatado. Asumo que voy a hacer alguna afirmación polémica que me costará algún que otro reproche (o algo peor…).

Primera afirmación: La planta de Union Carbide de Bhopal contribuyó de manera importante a la lucha contra el hambre en India.

La fábrica de Bhopal se construye en 1969 con el objeto de fabricar Sevin, marca comercial de la sustancia carbaril o carbarilo (químicamente denominado metilcarbamato de 1-naftilo), un biocida muy efectivo frente a las principales plagas que asolaban las cosechas en la India y que, por cierto, sigue siendo uno de los insecticidas más utilizados en Estados Unidos hoy en día.

Gracias a muchas aportaciones y mejoras, pero también gracias a la fábrica de Bhopal, desde 1969 y 1984 la India pasó de una mortalidad infantil de niños menores de 5 años de un 215 por mil a 149 por mil y uno de los principales factores que contribuyó a esa mejora fue un incremento en las calorías disponibles por habitante y día de 2.059 en 1969 a 2.208 en 1984 (en la actualidad, dato de 2007, ambos ratios se situaban en 69/1000 y 2.352 calorías) y para lograr dichos avances, la lucha contra las plagas fue un elemento esencial.

La sustancia que provocó el desastre en Bhopal es un producto intermedio en la fabricación del Sevin, el isocianato de metilo (MIC), un producto muy tóxico, que reacciona muy violentamente con el agua (y por lo tanto con la humedad del ambiente). Hasta 1979 se transportaba hasta la fábrica como materia prima, con los graves riesgos que el transporte de una sustancia como esa implica, hasta que en aquella fecha comenzó a fabricarse in situ.

Pero, por desgracia, una industria sólo puede funcionar si el negocio la mantiene en marcha. Las terribles sequías que sufrió la India a principios de los años 80 dejaron a los agricultores sin cosechas y sin insectos que combatir. De hecho, en 1983 el dato de calorías disponibles por habitante y día fue mejor que el del año siguiente, alcanzando un pico de 2.251.

La producción del isocianato de metilo cesó en aquel año 1984 por la falta de mercado para el Sevin, en el momento del accidente permanecía parada y, en lo que constituye un compendio de negligencias criminales, se dejaron tanques llenos de productos peligrosos, se desmontaron equipos de seguridad y se desobedecieron los protocolos de gestión de operación.

La noche del accidente, una operación de limpieza de tuberías mal realizada provocó una entrada descontrolada de agua en un depósito de MIC. La reacción exotérmica provocó un incrementó de presión y rompió los discos de rotura. Solamente uno de los scrubber de lavado con hidróxido sódico estaba operativo. En un plazo de 45 a 60 minutos fugaron unas 30 toneladas de MIC, que una vez libre, más denso que el aire, descendió a nivel del suelo y siguió reaccionando con la humedad ambiental, generando más gases tóxicos como fosgeno o ácido cianhídrico, formando una nube letal que fue empujada por el viento hacia los barrios cercanos.

Segunda afirmación: Dow Chemical no tiene ninguna responsabilidad sobre los hechos.

A partir de aquel día, Union Carbide comenzó un rápido declive hacia la quiebra. La moral de sus trabajadores en todo el mundo quedó afectada para siempre y sus cifras le llevaron hacia las pérdidas muy rápidamente.

Dow Chemical, una de las empresas líderes de la química mundial, compró las acciones de Union Carbide en Estados Unidos 16 años después del accidente aunque, entre los activos de dicha sociedad, ya no estaba la planta de Bhopal. Union Carbide India Ltd., que en el momento del accidente era propiedad de la multinacional norteamericana en un 51% y del gobierno de la India en un 49%., fue en1994, adquirida en su totalidad por el gobierno indio, siendo, desde entonces, el único propietario de la planta y de la sociedad titular de la misma.

Es evidente que responsabilizar de los hechos a Dow Chemical y de las consecuencias de los mismos no tienen ningún sentido. Los medios de comunicación y la sociedad en general, tienden a simplificar la realidad cayendo en maniqueísmos absurdos: “si es una multinacional, es ‘mala’ y por lo tanto debe pagar”, lo que constituye un pensamiento muy cómodo, muy infantil y, además, injusto.

Una multinacional no es más que el conjunto organizado de las personas que en ella trabaja. Dow Chemical es uno de los grupos humanos mejor organizados que existe y que basa sus actuaciones en principios éticos sólidos, incluidos el de la transparencia. Su página web, en la que no evita dar su visión sobre Bhopal, es una muestra de ello.

Tercera afirmación: Las víctimas de Bhopal se enfrentan, por desgracia, a una de las bases del capitalismo.

Esta afirmación es quizás menos polémica pero no por ella deja de ser cierta.

La aventura que supone poner en marcha una empresa industrial, con los grandes capitales que hace falta acumular para iniciarla, se basa desde la revolución industrial en el siglo XIX en un pilar jurídico fundamental: la limitación de la responsabilidad.

Las sociedades mercantiles, tanto las sociedades anónimas, como las sociedades limitadas, como cualquier otra figura de organización societaria propia de otros países, basan su funcionamiento en que sus accionistas, sus propietarios, arriesgan en la aventura únicamente el capital que ponen en la sociedad. Si las cosas “van mal” a la compañía, los accionistas no se ven expuestos a perder sus bienes personales como, por ejemplo, su casa familiar.

Esta figura jurídica está pensada, y se ha demostrado tremendamente útil, para créditos comerciales y bancarios. Los prestamistas o los proveedores saben con quien se relacionan (de ahí el carácter público del registro mercantil) y hasta donde pueden asumir riesgos, prestando dinero o vendiendo a crédito a la sociedad en cuestión.

Pocos, muy pocos, se aventurarían en un riesgo empresarial de entidad si tuvieran que hacerlo arriesgando todo su patrimonio personal, la casa donde vive su familia. Aunque hay empresarios que lo hacen, avalando, por ejemplo, a su propia empresa.

Sin embargo, esa figura de limitación de la responsabilidad se ha demostrado como una barrera injusta frente a las obligaciones extracontractuales que la tecnología puede generar. No es justo, ni ético, que los vecinos de Bhopal, que no tenían por qué saber nada de Union Carbide, vean limitado su derecho a ser resarcidos por los daños sufridos.

Para evitar estas situaciones la legislación y la jurisprudencia ha ido creando normas y dictando sentencias que, en caso de fraude, en caso de tratar de utilizar la limitación de responsabilidad de las sociedades mercantiles a modo de pantalla, pueden dirigir sus reclamaciones contra accionistas o contra los seguros de cobertura de responsabilidad extracontractual, medioambiental y de otros tipos, que, de forma obligatoria, deben contratar las compañías.

Dow Chemical no ha es responsable ni jurídica ni moralmente de los hechos. No se le puede acusar de apantallarse para no afrontar su responsabilidad y la justicia debe ser ciega a la condición de los individuos y debe caer sobre los culpables y exonerar a los inocentes, sean ricos o sean pobres, sean multinacionales u ONGs.

Cuarta y última afirmación: Bhopal es una lección aprendida que la industria no puede ni debe olvidar.

Bhopal fue un toque de campana para la industria de todo el mundo. Algo así, algo tan terrible no podía volver a repetirse. Ni remotamente.

La industria química mundial, a raíz, entre otras cosas de los hechos de Bhopal, creó la iniciativa Responsible Care que tiene, entre otros un principio básico perfectamente demostrable, auditado y transparente: los estándares de seguridad de todas las plantas de las empresas firmantes, independientemente de la legislación o de la presión administrativa e inspectora de cada país, cumplen los mismos estándares de seguridad y protección del medio ambiente. Los mismos, en Estados Unidos, en la Unión Europea, en China o en la India. Dow Chemical es una de las compañías líderes en la aplicación de la iniciativa Reponsible Care y, por supuesto, no fabrica en la India productos prohibidos en Estados Unidos o en Europa.


Permítanme, por último, recomendarles un libro: “Era medianoche en Bhopal” (Casa del Libro; Amazon) de Dominique Lapierre y Javier Moro. Lo leí hace ya mucho tiempo, al poco de publicarse, y les confieso que lo empecé con muchas reticencias. Es un libro de muy fácil lectura, que engancha como buen best-seller pero que, en lugar de caer en el maniqueísmo fácil, es riguroso en los datos históricos y aporta una visión humana y realista sobre todas las personas que, de un modo u otro, participaron y sufrieron con aquel terrible suceso. Sobre las personas que crearon y operaron la planta, las personas que, con su actuación negligente, provocaron el accidente y las personas que sufrieron y que murieron como consecuencia del mismo. Personas, ni buenas ni malas, sencillamente personas.


viernes, 29 de noviembre de 2013

Soluciones




Hacia tiempo que no les aburría con una de esas entradas sobre ese tema que tanto me gusta: somos buenos. Pues aquí va otra...  Es que es verdad, somos buenos... ¿qué le vamos a hacer?... En fin, juzguen ustedes (fíjense en la hora de los mensajes, por favor).

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From: Izaro …………
Sent: Thursday, November 21, 2013 11:32 AM
To: bfernandez(a)aveq-kimika.es
Subject: etiquetado_producto HIDROALCOHÓLICO

Buenos días Borja,

Tenemos una duda con el etiquetado de un producto e igual nos podéis ayudar vosotros.

Vamos a sacar un producto cosmético al mercado y tenemos dudas si tenemos que identificarlo en el etiquetado como inflamable. En la legislación de cosméticos limpiadores no indica nada de esto.

El producto es un …… … … en disolución hidroalcohólica con la siguiente proporción:

.... % ETANOL
….% AGUA
….% ACEITE ……
 ….% ACEITE ……
….% XXXXX

Por lo que vemos en los productos que están en el mercado similares en todos aparece la llama de inflamabilidad pero no indican frases de precaución, ¿cómo podemos saber si nuestro producto es inflamable y cómo tenemos que etiquetarlo?

A ver si nos podéis echar una mano.

Saludos y muchas gracias

Izaro ………
Dpto. de Calidad


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De: Borja Fdez. Almau [mailto:bfernandez(a)aveq-kimika.es]
Enviado el: jueves, 21 de noviembre de 2013 12:09
Para: Izaro …………
CC: Luis Blanco-Urgoiti
Asunto: Re: etiquetado_producto HIDROALCOHÓLICO

Hola Izaro,

Me temo que a ojo en principio no se puede saber, en realidad, así como para los peligros para la salud y medioambientales la clasificación de peligrosidad de una mezcla se obtiene aplicando una fórmula matemática que tiene en cuenta los umbrales en los que se encuentren los ingredientes, para los peligros físico químicos como la inflamabilidad, lo que dice la reglamentación es que tendríais que hacer el ensayo correspondiente o buscar los datos correspondientes en caso de existir.

En este caso te hace falta saber el punto de inflamación (vaso cerrado) y el punto inicial de ebullición de la mezcla, y con esos datos ya puedes compararlo con los criterios que te da la normativa (que puede ser un poco complicado de encontrar, si tenéis estos datos dímelos y te hago la comparativa).

Por otro lado, el etanol está clasificado como Fácilmente Inflamable, con R11, (Símbolo llama), si el resto de aceites tienen la misma inflamabilidad o más bajita, es razonable pensar que el preparado saldrá como mucho R11, con lo que en realidad si os corre prisa yo no lo pensaría mucho más, clasificaría como el etanol y listo.

Y termino, dices que los proveedores no indican frases de precaución, puede ser porque por el tamaño del envase se estén acogiendo a la exención de etiquetado reducido que se puede aplicar a los envases de menos de 125 ml, esto viene del artículo 9.6 del RD 255/2003:

6. Si el contenido del envase no excede 125 ml:

a) En el caso de preparados clasificados como fácilmente inflamables, comburentes, irritantes, salvo a los que se haya asignado la frase R41, o peligrosos para el medio ambiente a los que se haya asignado el símbolo N, no será necesario indicar las frases R ni las frases S.

b) En el caso de los preparados clasificados como inflamables o como peligrosos para el medio ambiente y que no tengan asignado el símbolo N será necesario indicar las frases R, pero no será necesario indicar las frases S.

No sé si te contesto...

Saludos,

Borja Fdez. Almau
Abogado colegiado nº 6997
Área de Tutela de Producto - Regulatory Affairs

AVEQ-KIMIKA
Gran Vía, 50 - 5º
48011 BILBAO
Tel: 944002800
Email: info@aveq-kimika.es


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De: "Izaro ……."
Asunto: RE: etiquetado_producto HIDROALCOHÓLICO
Fecha: 21 de noviembre de 2013 12:29
Para: "'Borja Fdez. Almau'"
Cc: "'Luis Blanco-Urgoiti'"

Muchas gracias Borja con esto nos vale!

Como nuestro envase es de 100ml pondremos el símbolo de inflamabilidad por el etanol y no pondremos frases de precaución.

Apuntamos la dirección nueva.

Saludos!

 Izasro …………
Dpto. de Calidad

viernes, 22 de noviembre de 2013

El Prestige: catástrofe artificial...



Entre las muchas cosas que aprendí de mis mayores, de todas las personas sabias, honradas y buenas que he conocido, hay una que me gusta cuidar: tener respeto a los maestros.

Medio en broma, medio en serio, con una mezcla que yo siento natural, de admiración, respeto, algo de cariño y cierto cachondeo, hay determinadas personas, de las que he aprendido mucho, a las que llamo “maestro” o “maestra”.

Algunos de ellos son personas cercanas y a las que puedo ver con cierta frecuencia, otras, más lejanas, de las cuales he leído muchas cosas y que, aunque he tenido la ocasión de escucharles hablar en público alguna vez o incluso haber tomado un café con ellos, no creo que me recuerden personalmente.

Uno de esos maestros lejanos es don Claudi Mans Teixidó. 

Internet, y las redes sociales, han roto muchas barreras en ese aspecto. Sigo con interés y afán, el Twitter y el Blog de Claudi Mans, catedrático emérito de ingeniería química de la Universidad de Barcelona, uno de los mejores divulgadores científicos de este país, por cuyos artículos, durante muchos años, siempre trataba de hacerme con un ejemplar de la revista del Colegio de Químicos de Cataluña y que, como les decía gracias a las grandes ventajas de Internet y de las redes, hoy disfruto sin ningún esfuerzo. Se lo recomiendo vivamente.

Ayer por la tarde, ya subido en el avión que me llevaba del frío de Madrid a la encarnizada lluvia de Bilbao, antes de que dieran la orden de apagar los teléfonos móviles (soy muy respetuoso con la seguridad…) vi en la aplicación de Twitter el anuncio de publicación de una entrada  del blog en la que explicaba su visión de las informaciones de prensa al respecto de la sentencia del juicio penal sobre el caso Prestige. 

Pues bien, me temo, maestro, que tengo que llevarle la contraria en un sutil pero muy importante aspecto.

La situación planteada por el Prestige a las autoridades españolas en aquellos días puede, como usted dice en su artículo, aunque no lo hace en términos jurídicos naturalmente, calificarse de caso fortuito o fuerza mayor.

Los abogados hablamos de caso fortuito o fuerza mayor cuando nos referimos a causas naturales, difícilmente previsibles y en las que no ha intervenido el ser humano.

Frente a los daños provocados por causas de fuerza mayor, como un tsunami, un tifón, un terremoto, pocas responsabilidades se pueden reclamar. Es cierto que los seres humanos, y esto sucede cada vez más, sentimos la necesidad de echar la culpa de todo a otro (u "otros") ser humano, generalmente, cuanto más lejano y desconocido, mejor, pero humano. Aún así, siempre ha habido temporales en el mar de Fisterra y siempre ha habido naufragios en Costa da Morte… y los seguirá habiendo siempre. Es un fenómeno natural. Un "fenómeno" pero no, necesariamente, una "catástrofe.

En realidad, la identificación de la catástrofe del Prestige con un caso de fuerza mayor no es correcta pues es más que evidente que la intervención negligente de un tercero ha sido causa necesaria para el resultado dañoso: hay un tercero responsable, el armador, con la cooperación necesaria de una entidad de verificación, que deberían ser encausados y, probablemente condenados.

Pero, pongamos un caso con una fábrica, que es más sencillo. Un animal salvaje, por lo tanto no propiedad de nadie al que responsabilizar, se cuela en una fábrica y produce daños en las instalaciones que, a su vez, provocan un vertido de productos químicos y un trabajador resulta gravemente quemado.

Les aseguro que inspección de trabajo, inspección medioambiental, policía, fiscal, juez de instrucción y cuatro agencias del gobierno autonómico correspondiente, mirarán con lupa las instalaciones en busca de deficiencias en el mantenimiento. Y, si la encuentran, no duden en que las responsabilidades (civiles, en este caso) caerán sobre la espalda de la empresa con todo el peso de la ley.

Pero esa no era la cuestión que me ha llamado la atención en el artículo. La cuestión principal, lo más llamativo del artículo, es que el maestro Mans afirma estar de acuerdo con la no atribución de responsabilidades a los “responsables” del gobierno.

En el día a día de la industria, en materia de responsabilidad, hay una cuestión que preocupa y mucho a los profesionales de la seguridad, precisamente, la responsabilidad penal.

Yo les insisto mucho en que un juez y un fiscal razonables solamente encausarán por vía penal en dos casos: uno, que el profesional de la prevención haya sido gravemente negligente en su trabajo y otra que, aún cuando el trabajo de la empresa haya sido inmaculado, estén buscando que los huérfanos cobren una responsabilidad civil asociada a la condena penal que, por otras vías, tendrían difícil cobrar.

Pues bien, les puedo asegurar, sin ningún genero de dudas, que en un accidente laboral grave (y no les digo ya en uno mortal) si el inspector de trabajo, el fiscal o el juez de instrucción descubren que la empresa no ha evaluado sus riesgos y no ha planificado la prevención de los mismos o no tiene un plan de emergencia, el encausamiento penal es seguro, la condena, muy probable, porque aunque no hubiera una ley que lo diga expresamente, cuando estás gestionando un riesgo, es necesario prevenirlo y minimizarlo y tener planificado al detalle qué harás si ese riesgo se materializa.

La negligencia de aquel gobierno, de los anteriores y de los posteriores, es que no haya un plan perfectamente estudiado y dotado de todos los medios humanos, logísticos y tecnológicos necesarios para llevarlo a cabo, para actuar en una emergencia como esa que se ha demostrado con un riesgo elevadísimo, en tanto que las consecuencias son catastróficas y su frecuencia es elevada (Prestige, 2002, Mar Egeo 1992, Urquiola, 1976…)

En mi muy humilde opinión hay muchos responsables, también en vía penal, que no se han sentado en el banquillo y resulta que, en mi aún más humilde opinión, el capitán es precisamente el que menos se merece una condena pues por lo que he podido leer de aquel episodio, su primera y casi única preocupación, como es por otro lado su deber, era salvar la vida a su tripulación.

Lo peor de todo este triste episodio es que, 11 años más tarde, seguimos igual. No hay un plan trazado ante esa emergencia y volverán a repetirse los errores que entonces se cometieron, sí, tal vez inevitables una vez declarada la alerta, pero en la que nunca se debería haber entrado sin un detallado plan de actuación.

En fin, maestro Mans, siento discrepar, pero la ausencia de planificación es, claramente, una negligencia criminal… crimen que se sigue cometiendo.



viernes, 15 de noviembre de 2013

Querida Itziar:



Querida Itziar,

Si te soy completamente sincero, te escribo porque se me hace un poco cuesta arriba llamarte.

Y es que, además de, como siempre, para preguntarte qué tal estás y que tal vais aguantando el chaparrón, te escribía por un tema concreto. Un tema que por un lado, me castiga la conciencia, la mala conciencia que me deja los líos en los que habitualmente os meto como responsables técnicos de las empresas pero que, por otro, no puedo dejar pasar, por los objetivos de la Asociación, por los objetivos del proyecto y, sobre todo, por nuestra, sí tuya y mía, responsabilidad como químicos industriales (ya sabes que, en mi caso, químico industrial "honorario"...)

Como sabes, por la mucha guerra que hemos dado con el tema, llevamos trabajando en materia de regularización de focos desde hace ya bastantes años pero, con especial intensidad desde que se publicó el RD 100/2011 que venía a sustituir el catálogo de Actividades Potencialmente Contaminadoras de la Atmósfera (APCAs).

Como sabes, la parte gorda del trabajo llegó con el Decreto 278/2011 del Gobierno Vasco. Con su publicación, a principios de 2012,  ya teníamos plazos marcados y tareas concretas que había que cumplir. El reloj se ponía en marcha y había bastante tarea por hacer.

En materia de focos de emisión, en AVEQ-KIMIKA clasificamos las empresas asociadas en tres grupos a la hora de enfrentarnos con la regularización conforme a la nueva normativa.

Por un lado, y por una vez excluidas de un lío concretó, estaban las empresas IPPC. Son las 32 empresas más grandes de la Asociación, cuyos focos habían quedado incluidos ya en las Autorizaciones Ambientales Integradas de la Ley 16/2002,. Por una vez, repito, no tenían que hacer nada... ya se habían dado un gran baño de papeles desde 2006.

En un segundo grupo, clasificamos a las empresas que no eran IPPC y que tienen o han tenido focos regularizados previamente y con los que hemos trabajado para adaptarse a la nueva regulación. Estos se dividían, a su vez, en función de los plazos marcados por el Decreto 278 en empresas que tenían que presentar sus papeles en enero de 2013, de 2014 y de 2015. Ya eran conscientes de que tenían tarea y muchos de ellos estuvieron en las sucesivas jornadas y cursos que hemos ido haciendo en AVEQ-KIMIKA sobre regularización de focos.

Ayer mismo, la responsable de calidad, medio ambiente y seguridad de una de estas empresas me mandó, muy contenta, una captura de pantalla de la resolución que le daba el IKS (que he puesto para ilustrar la entrada).

La verdad es que Leire, que así se llama, ha sacado adelante el tema ella sola. Es verdad que ha venido a las jornada y a los eventos y que alguna consulta nos ha hecho, pero lo cierto es que se lo ha currado. Si te soy sincero, creo que me ha mandado a mí el pantallazo del IKS porque nadie más que gente rara como nosotros entenderíamos su alegría por el hito alcanzado... si vas a casa con eso, impreso en un papel y una sonrisa de oreja a oreja, te mandan al psiquiatra de cabeza.

La situación, en ese segundo grupo, está casi completamente encauzada. Hay alguna duda en alguna empresa sobre si merece la pena o no regularizar un foco en procesos muy poco rentables, pero están encauzados.

En el tercer grupo quedaban, o quedabais más bien, unas 50 empresas. En el grupo hay un poco de todo. Empresas pequeñas, familiares, como la vuestra, o empresas que, sencillamente por sus procesos de producción nunca hasta ahora habían tenido que dar de alta un foco.

Hemos ido trabajando con todas y hemos descartado casi la mitad por carecer de impactos en este aspecto ambiental, por ejemplo, una empresa de piezas de termoplástico para automoción.

Hace casi dos años que empezamos a trabajar con las restantes 25 empresas. A mí, personalmente, me sonó la alarma, la necesidad de apretar el acelerador, en una visita a una de ellas, allá por finales de 2011.

Se trata de una empresa de piezas de plástico, con un proceso muy auxiliar de pintado en una campana con aspiración forzada, ya sabes, para proteger la salud de los trabajadores. La aspiración está conducida a un tubo de extracción que sale al exterior por la fachada y que, con con un elegante diseño vertical en acero inoxidable, sobresale del techo de la nave un par de metros. No estaba yo allí para hablar de focos, pero al pasar por delante de la zona de pintado comenté, sin ningún afán concreto, solamente por charlar, al responsable de seguridad (y medio ambiente):

 - Está a punto de salir el Decreto de focos de emisión del Gobierno Vasco. Os va a poner deberes...
- ¿Focos? - me contestó - ... si nosotros no tenemos focos.... 


El proyecto con Aliatec tiene un objetivo muy concreto: que esas 25 empresas que nunca se han enfrentado a esta normativa sepan si tienen o no tienen en sus instalaciones focos de emisión conforme a la nueva normativa y que sepan si tienen o no que hacer papeles.

Hemos desplegado toda nuestra artillería de comunicación y marketing para conseguir que os animéis a hacer el diagnóstico: circulares, blog, boletín... y te confesaré que solamente te has animado tú y otra empresa. Visto el panorama, a partir de octubre, empezamos con los contactos individualizados, y ya van entrando más empresas en el programa, poco a poco, pero van entrando.

Tenemos las chicas de Aliatec y yo un documento compartido en "la nube" en el que vamos haciendo seguimiento de cómo van avanzando los contactos y los diagnósticos de cada empresa. Sé que la semana pasada te entregaron el documento y, aunque no he tenido acceso al contenido (en Aliatec, son muy cuidadosas con la confidencialidad), por la visita que te hice yo antes de verano, sospecho que al menos un foco tendréis que declarar... y por lo cerca que tenéis las casas de los vecinos y los disolventes que utilizáis, hasta es posible que el Gobierno Vasco os eleve la clasificación y os imponga más controles...

Lo sé, lo sé... Sé que las empresas pequeñas lo estáis pasando mal. Soy consciente de que tú personalmente llevas la gerencia, el laboratorio, la calidad, la atención a los clientes y hasta tienes que encargarte de perseguir a los que no os pagan, pero, como sector, como asociación y, por lo que te conozco, tú como profesional, no puedes dejar pasar una situación de ilegalidad de vuestras actividades.

Y me dirás... "es mejor no saber" y te contestaré que no, que nunca ha sido mejor "no saber". Que la supervivencia de una empresa depende de conocer sus debilidades y de gestionarlas y que una inspección, una denuncia de un vecino, una sanción, hunden el futuro de una empresa mucho más rápido y de forma mucho más dramática, que dedicar un tiempo a realizar unos cuantos papeles.

Como ves por el caso de Leire, es un esfuerzo, pero no es ni mucho menos imposible. Por lo que pude ver, vuestra instalación está muy nueva y, es muy posible que no tengáis que cambiar nada físico. Sí que tendrás que hacer papeles y, en su momento, pedir a una OCA que os mida los gases que salgan por ese foco, pero cuenta con toda nuestra ayuda.

En fin, Itziar, poco más por ahora. Estoy a tu disposición. Echa un vistazo al diagnóstico y llámame si necesitas charlar. Si pone lo que yo creo, te va a tocas lidiar con ello.

Un saludo y mucho ánimo.