lunes, 30 de abril de 2012

La ciencia y "la convicción de lo que no se ve"

Seis galardonados con el premio Nobel en Estocolmo en 1962. De izquierda a derecha: Maurice Wilkins (Medicina), Max Perutz (Química), Harry Crick (Medicina), John Steinbeck (Literatura), James Watson (Medicina) y John Kendrew (Química)


Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11:1) 


El 25 de abril de 1953, el biólogo estadounidense James Watson y el biofísico británico Francis Crick publicaron en la revista Nature el que posiblemente sea el artículo científico más importante de la historia. Ambos recibieron el Premio Nobel de Medicina en 1962: "por sus descubrimientos concernientes a la estructura molecular de los ácidos nucleicos y su importancia para la transferencia de información en la materia viva" Por descubrir y entender la estructura del ADN, la esencia misma de la vida.

Lo recibieron conjuntamente con Maurice Wilkins pues Watson y Crick se basaron en las observaciones que aquel y Rosalind Franklin habían realizado experimentalmente. La no concesión del premio a Rosalind Franklin no fue un nuevo caso de machismo, se debió a que aquella brillante biofísica inglesa murió, con tan solo 37 años de edad en 1958 y el reglamento de los Premios Nobel no permite su concesión a personas ya fallecidas.

En los presupuestos generales del Estado para 2012 está prevista una nueva reducción en el presupuesto que España, como país, dedica de su presupuesto público a financiar la Investigación. Será, el tercer año consecutivo que dicho presupuesto desciende acumulando, desde 2010, una rebaja de un 30%.

El gran reproche que como sociedad deberíamos haber realizado a nuestros gobernantes desde que comenzara la bonanza económica, allá por 1996, es que hicieran gala de una cortedad de miras y un cortoplacismo escandaloso: En lugar de invertir en tiempos de abundancia en la ciencia, en la base del conocimiento y que poco a poco, con el paso del tiempo, la riqueza derivada del ladrillo fuera siendo sustituida por la generada por actividades más sostenibles en el tiempo y que produjeran otros beneficios en sanidad, salud o bienestar social.

En lugar de tener esa visión a largo plazo, de pensar en que sucedería dentro de 15 años, nuestros elegidos, subidos en la ola de la abundancia que proveía la burbuja inmobiliaria, se dedicaron a pensar en qué les garantizaría la reelección en 4 años. En infraestructuras, en muchos casos sobredimensionadas, cuando no directamente superfluas y en eventos de relumbrón.

Las empresas, el sector privado sigue trabajando en I+D+i, pero a una empresa no se le puede pedir que invierta en investigación básica. Póngase usted en el lugar de un accionista y piense en un esfuerzo económico importante para una inversión que, puede que sí o puede que no, recuperará, en el mejor de los casos, 20 ó 25 años más tarde. ¿Usted lo haría?

Ese es el papel que debemos hacer como sociedad y que debemos encargar a dirigentes capaces y con visión. Pensar en cómo será el mundo dentro de 20 años y que sin invertir en ciencia, nuestra sociedad será más pobre y, como tal, menos sana, menos próspera y mucho más infeliz.

Si en 1953, en Gran bretaña nadie hubiera tenido fe en que la investigación básica era importante, Crick, Franklin, Watson y Wilkins tendrían que haberse ganado la vida de otra forma. Ellos eran (Watson lo sigue siendo...) personas inteligentes y capaces, como muchos de los investigadores españoles en la actualidad, y no creo que hubieran tenido problemas para encontrar puestos remunerados en otros ámbitos, quizás en las propios centros de investigación privados, fuera de la universidad, y haberse dedicado a temas más prosaicos. Hubiera sido la sociedad, la humanidad si me apuran, la que no podría habérselo permitido y los miles de personas que han vivido más y mejor gracias a que alguien, una vez, tuvo fondos para investigar el ADN, son la prueba de ello.

La austeridad, la disciplina fiscal y financiera, que dirían unos, los recortes que dirían otros, deberían acotarse en ciertos límites: aquellos que ponen en cuestión el futuro y la Sostenibilidad de nuestra sociedad.

Supongo que la referencia inicial a la fe puede sonar extraña y hasta contradictora para muchos de mis amigos científicos, algunos profundamente irreligiosos, pero esa convicción en que la ciencia nos traerá un futuro mejor puede parecerse un poco....aunque, solamente se parecen “un poco”, porque la fe es la “evidencia de lo que no se ve” y que la inversión en ciencia es esencial, sí que se ve. Sólo hay que mirar con algo más de detenimiento.

En 1975 en el País Vasco 18,56 niños de cada 1000 nacidos morían antes de cumplir 1 año de vida. En 2010 esa cifra se había reducido a 2,60. ¿Se han fijado en que ahora conocemos a muchos más niños con enfermedad celiaca que hace 20 años?... claro, porque entonces se morían antes de cumplir un año… pues fueron Crick, Franklin, Watson y Wilkins y la inversión en ciencia los que, casi 60 años más tarde, gracias a los diagnósticos genéticos, han salvado la vida a todos esos niños.

Si nuestros dirigentes políticos no son capaces de verlo, al menos espero... al menos me gustaría que tuvieran fe.

CARTA ABIERTA POR LA CIENCIA EN ESPAÑA



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jueves, 26 de abril de 2012

Cómo dar malas noticias (y poner pegas) por culpa del medio ambiente y de la seguridad y no morir en el intento



Si les soy sincero, ando dudando cómo explicar esto... Normalmente, en mi vida personal y laboral, cuando me surgen ese tipo de dudas trato de utilizar la vía franca y directa y, siendo respetuoso, decir las cosas lisa y llanamente. No me va del todo mal...


Les cuento mis dudas porque, desde que identificamos el Área de Mejora que ahora me propongo abordar en esta entrada del blog hemos tenido claras las herramientas para afrontarla, pero no hemos sabido muy bien como presentar el análisis de misma y la iniciativa subsiguiente sin que nadie pueda sentirse algo molesto.


Me explico:


Partimos en su momento de una premisa que creemos indudable: ser responsable de calidad, medio ambiente, seguridad, transporte de mercancías peligrosas, tutela de producto en una industria (lo que en la Asociación informalmente venimos a llamar "Negociado de Marrones Varios") es especialmente difícil.


Desde hace ya algunos años, pero más si cabe en los últimos tres o cuatro, los profesionales de la industria viven muy estresados. Las circunstancias económicas son complejas y, en plena "economía de guerra" aprobar ampliaciones de plantilla es casi una utopía.


Todos los departamento, todos los servicios de una industria, están saturados de tareas y escasos de recursos pero a los chicos y chicas de "Marrones Varios", además, han visto como los requisitos legales, reglamentarios, administrativos y voluntarios de las actividades han mantenido una escalada exponencial incesante.


Un ejemplo: La semana pasada todavía estuve ayudando a una empresa asociada con el borrador de la resolución efectiva de Autorización Ambiental Integrada con la que debería terminar, por fín, un agotador proceso de revisión detalladísima de los aspectos ambientales de la empresa en la que, con motivo de la Ley 16/2002 IPPC, se embarcaron industria y Gobierno Vasco allá por 2003 con la firma del acuerdo voluntario.


La "responsable de marrones varios" de la empresa me comentaba, con cierta ingenuidad: 


- "Lo que no veo en este documento es el plazo de 8 años de vigencia de la autorización..."
- "Bueno.... es que...resulta..." - dude pensando en no darle un disgusto - "...el plazo de 8 años ya no existe".
- "¿Cómo?, ¿no teníamos ahora 8 años de tranquilidad?"
- "Es que.... con la aprobación de la Directiva de Emisiones, la Directiva 2010/75/UE, ese plazo desaparece y, a partir de ahora, es un plazo de 4 años desde que se publique en el DOUE el documento de conclusiones de Mejores Tecnologías Disponibles (BATC) de referencia, aplicables a la actividad principal."
- "Y eso, ¿cuando será?"
- "Pues, depende. Los BATC de vidrio y acero se publicaron el 8 de marzo de este año, es decir, tienen hasta el 8 de marzo de 2016. Vuestro BREF ya ha tenido el 'kick-off meeting' pero aún queda bastante De todos modos no van a ser 8 años... me temo que será bastante menos."


El inmediato silencio y la rapidez con la que mi interlocutora cambio de tema fueron muy significativos. ¿Se acuerdan ustedes de esta entrada "Marta no quiere hablar conmigo"?... en su momento tuvo mucho éxito... pues eso.


Además, los responsables y las responsables de medio ambiente, de seguridad o de transportes de mercancías peligrosas, los técnicos que tienen que lidiar con el ADR, el CLP, el REACH o la IPPC, sufren una presión adicional: la maldición de ser siempre portadores de malas noticias y tener que asumir el papel de los que siempre ponen pegas.


Se acordaran ustedes de esta otra entrada, ésta muy reciente: "Limoneno".... ¿se sintieron identificados, aunque sólo sea un poquillo, con el personaje de Sofia?... pues ustedes son, al menos en parte, responsables de "Marrones Varios" de su empresa.


Hace ya muchos años, en la reunión de dirección de una empresa asociada, el veterano jefe de compras exponía con alegría y orgullo la increible oferta de contendores metálicos de 1 tonelada que había conseguido a un precio imbatible.


La coordinadora  de medio ambiente y consejera de seguridad, con el examen recién aprobado, con mucho, la persona más joven de la reunión, se atrevió a preguntar timidamente:


- "Y... ¿están homologados ADR?"
- "¡Joder!" - le respondió el jefe de compras con un desabrido exabrupto "... ¡siempre estás poniendo pegas!"


Después de muchas reflexiones internas sobre este problema. Sobre la necesidad de ofrecer herramientas eficaces de gestión del tiempo de trabajo y, en lo posible, fortalecer la moral y la capacidad de convicción de los y de las responsables de "Marrones Varios" y de cómo hacerlo, en estrecha colaboración con una experta en la materia como Itziar Oyarzabal, diseñamos un curso expresamente dedicado a ello.


Es un curso de 20 horas en el que se explicará cómo organizarse, cómo ser más eficiente con el tiempo de trabajo y cómo lograr que jefes, compañeros y subordinados asuman y comprendan que las "malas noticias" y las "pegas" no son caprichos, no son ocurrencias y que competen a todos los que forman parte de una empresa industrial.


Más detalles: KIMIKA 12-18 26-04-12 Curso KIMIKA HSE - Cómo dar malas noticias


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miércoles, 18 de abril de 2012

¿Somos Medioambientalmente Adultos?



Uno de los grandes avances sociales que ha experimentado la sociedad occidental, y la de casi todo el mundo, durante los últimos años del siglo XX ha sido la implantación y avance del pensamiento, la conciencia y el movimiento ecologista. El desarrollismo a ultranza de otras décadas, en el que lo único que se tenía en cuenta eran las cifras de producción y los resultados de las empresas, los puestos de trabajo creados y la renta generada, las cifras económicas en definitiva, ha quedado atrás. Gracias a la concienciación ecologista de la sociedad hoy día, antes de cualquier inversión industrial, se valora con especial precaución la seguridad, las emisiones, los efluentes líquidos, los residuos que se puedan generar y un largo etcétera de variables consideradas en épocas pasadas como elementos "externos" a la propia inversión y que son, sin duda, elementos esenciales en el planteamiento de una actividad.

Sin embargo el movimiento ecologista, en sus versiones más radicales, sigue un camino efectivo para perseguir un fin último beneficioso pero amenazador y éticamente cuestionable, por el cual se dirige a la opinión pública como si se tratara de una clase de niños de pre-escolar; (los beneficios de los fines intermedios son más que discutibles).

La táctica "¡Viene el coco si no comes!" utilizada en alguna ocasión por casi todos los padres y madres del mundo en sus distintas versiones culturales, persigue un fin bueno (la alimentación del niño), pero utiliza un método discutible cuando el que debe ser convencido es un adulto con criterio y capacidad para decidir por sí mismo.

Hace unos años, en una revista del gremio de la panadería llamada "Panorama Panadero" se planteaba un debate muy interesante sobre la modificación genética de las variedades vegetales de las que se obtienen las harinas. En páginas enfrentadas exponían su opinión una bióloga experta en genética y un alto dirigente de Greenpeace. Se trataba de que los profesionales conocieran, por sí mismos, las ventajas y problemas de las variedades modificadas.

La opinión científica centraba su comentario en el hecho de que los hombre han venido seleccionando genéticamente las especies según su conveniencia desde que domesticó al primer animal y desde que se inició en la agricultura; y sobre todo en que los peligros de los que alertan las organizaciones ecologistas no pueden afirmarse ni negarse categóricamente ya que siguen siendo objeto de estudio. En el otro lado Greenpeace afrimaba, rotundamente, que el maíz modificado no es sólo destructor implacable del medio ambiente, además afectará de forma irreparable a la salud de los consumidores. ¿Utilizaban ambos las mismas armas, la misma seriedad en su planteamiento?.

Existen muchos ejemplos de actuaciones acientíficas parecidas en las que prima, de forma absoluta, la aparente visión "verde" de la vida por encima de la ciencia y de la experimentación. La campaña contra los plásticos clorados, en concreto contra el PVC, podría basarse en señalar la mayor problemática ambiental de los procesos industriales que utilizan el cloro frente a otros plásticos que no lo utilizan, de las desventajas del PVC frente al aluminio, por ejemplo en caso de incendios. Pero no, para el movimiento ecologista más radical, la gente no está preparada para decidir por sí mismos que es más o menos peligroso para el medio ambiente y para evitar que tengan la necesidad de planteárselo afirman, sin ningún tipo de fundamento científico serio y demostrable que los juguetes de PVC producen cáncer de casi todo, dañan el hígado, los riñones, el corazón y todo tipo de males bíblico-apocalípticos, que sufrirán los niños y recaerán sobre la conciencia de aquellos padres irresponsables que compraron a su hijo un sonajero con unos demonios llamados ftalatos.

Lamentablemente, en muchas ocasiones, la ecología, el hecho de que nuestra decisión particular como ciudadanos sea más o menos "verde", depende de realidades científicas que no son tan evidentes como se empeñan algunos.

Un ejemplo: ¿Qué es más ecológico comprar unos calcetines 100% lana u otros de fibras sintéticas de origen industrial?, a primera vista parece evidente que la lana es más ecológica, la idílica imagen de las ovejas pastando en unos prados verdes en las montañas no puede hacernos pensar otra cosa, especialmente si lo comparamos con la imagen antipática y fea de una industria químico-textil. Seamos radicales, prohibamos las fibras sintéticas, esos sucios derivados del petróleo antinaturales....

Hagamos un ligero análisis, casi superficial pero vayamos un poco más allá de las visiones idílicas. Dejemos a un lado el proceso que convierte la lana esquilada en una fibra útil para la confección de las prendas. Una sola planta de acrilonitrilo, que ocupa la extensión de un campo de fútbol, produce la misma cantidad de fibras para la confección que un rebaño de 12 millones de ovejas que, sólo para pastar, necesitarían una extensión del tamaño de Bélgica. Para cubrir las necesidades de los 6.000 millones de habitantes que tiene la Tierra, la utilización exclusiva de fibras de origen animal o vegetal (lana, algodón, lino, sisal...) necesitaría de una extensión cultivada o destinada a la ganadería que superaría la extensión del planeta. ¿Así defenderemos la conservación del Amazonas?... por ejemplo.

En muchos otros aspectos la verdad científica, la única que realmente debe contar a la hora de decir si un producto o una actividad es o no "ecológica" no coincide con la apariencia, con las posturas promovidas por los movimientos más espectaculares y notorios dentro de la filosofía "verde" y que provoca decisiones políticas guiadas por la opinión pública, a su vez influida por esas posturas, o mejor dicho, por la escenificación de esas posturas.

¿Hasta que punto es lícito tratar de influir sobre el público con medias verdades o mentiras completas con un fin beneficioso?, ¿no es hora ya de que los movimientos ecologistas más proclives al alarido comprendan que la opinión pública está formada por las decisiones y opiniones personas de adultas?.

Evidentemente la opinión científica tampoco es única, las disparidades entre investigadores son algo más que habitual. Es completamente lícito realizar un análisis completo del ciclo de vida de una tubería de PVC, por ejemplo, y de otra de acero. Analizar de donde se extraen las materias primas, que problemas tiene el proceso de transformación de éstas, la fundición, el conformado, el transporte, su instalación y su vida útil una vez instalada, así como su destino una vez que se convierta en un deshecho, las posibilidades de reutilización o reciclaje, analizando la emisión de gases, los efluentes líquidos que produce cada proceso, el consumo de energía y todas las incidencias ambientales de cada paso podrán determinar cual de las dos opciones es más ecológica.

Aunque se haga de forma científica las conclusiones de dos investigadores pueden ser diferentes, incluso opuestas. Uno puede considerar un mayor perjuicio en el consumo de energía que supone la fundición del acero y otra opinión señalar el proceso del cloro como lo más perjudicial. Uno destacar las ventajas del acero en su reciclaje como chatarra y otro marcar la gran longevidad del PVC en tuberías enterradas, por ejemplo.

Todas esas cuestiones se pueden y se deben exponer a los consumidores a la hora de decidirse, de formarse una opinión propia sobre el PVC; sin embargo no es lícito tratar de engañarle, en ocasiones con gran éxito, afirmando que su hígado corre peligro de contraer un cáncer por el hecho de beber de una botella de agua mineral fabricada en PVC. Trátennos como adultos, por favor.

miércoles, 4 de abril de 2012

Consejo para auditorias (o cuando lo perfecto es enemigo de lo bueno…)



Hay un tópico de este blog, un mantra que repito entrada sí entrada no, que es ponderarles la calidad humana y profesional de nuestros técnicos de medio ambiente y seguridad. En todos los aspectos prácticos de sus funciones, todas ellas pautadas por elaborados sistemas de gestión son concienzudos y meticulosos, y no son dados a dejar ningún aspecto a la suerte (tampoco podrían hacerlo...), trabajando siempre con márgenes de seguridad muy grandes

Esa misma meticulosidad tratan de trasladarla al manejo de la legislación y al cumplimiento de los requisitos legales y por ende a la gestión del procedimiento de requisitos legales de los sistemas de gestión, aspecto directamente auditable, todos los años, y en el que, inevitablemente más se discute con los auditores.

La legislación es un aspecto extraño entre tanto técnico y tanto científico. En contraposición con las inmutables leyes de la física, la química y la naturaleza, las normas jurídicas, las leyes humanas son interpretables y es ahí, precisamente ahí, dónde surgen los problemas en las auditorias.

Uno de mis jefes y maestro, miembro de la Junta Rectora de AVEQ-KIMIKA desde antes de mi propia contratación, suele decir mucho una frase que tiene gran sentido en la gestión de los requisitos legales: “Lo perfecto es enemigo de lo bueno”… todos conocemos a algún estudiante, generalmente alguna estudiante, que sufre más por el 5% de lo que disfruta por el 95% conseguido y, cuando hablamos de empresa, invertir gran esfuerzo adicional para llegar al 100% es un error.

En materia de auditoría de requisitos legales yo lo recomiendo encarecidamente: “Déjale a la auditor un par fallos evidentes en la documentación, cosas que ya tengas cumplidas y resueltas, pero que no has relejado en la documentación. Te pondrá un par de desviaciones (o no conformidades) y se irá contento. Si dejas todo perfecto, rebuscará y rebuscará y, al final, interpretando alguna norma de forma diferente a la tuya, apuntará algo con lo que no estarás de acuerdo y comenzará el lío….”

Esto lo suelo decir porque al auditor de sistemas de gestión medio, al auditor normal y corriente, le cuesta muchísimo decir que un sistema está perfecto, que no tiene fallos. Si lo hace, siente que no está haciendo su trabajo y no puede demostrar, como cree que es su deber, que sabe más de legislación que el auditado.
¿Qué tipo de señuelos se pueden dejar?... pues, no dejar evidencia en la documentación de la entrega del informe anual de residuos peligrosos.
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          Jo, pues yo estoy seguro de haberla entregado en Gobierno Vasco. Se ha debido traspapelar el documento. Te lo mando escaneado pro email si quieres….”

Con este sencillo truco, el auditor se irá satisfecho y no se pondrá a rebuscar en la profundidad de la normativa. Estará preguntándose que a qué me refiero. Qué “cosas” pueden llegar a encontrar… estarán planteándose que soy un cínico porque recomiendo cómo disimular incumplimientos legales… pues no exactamente. Se lo cuento con un ejemplo.

“La auditora de ISO 14001, cuando cotejaba toda la documentación, vio que el plan de prevención de envases (lo hacemos con AVEQ-KIMIKA y CEBEK por sector químico) solamente considera los envases puestos en el estado.

Comentó que deberíamos hacerlo, según normativa, considerando también los envases puestos en Europa. ¿Es eso correcto?

En la declaración anual de envases que presentamos todos los años, si hacemos constar los envases puestos en el estado y dentro y fuera de Europa, pero en cuanto al plan, siempre lo hemos hecho de la misma manera, siguiendo las indicaciones de CEBEK, considerando las cantidades puestas a nivel nacional.

¿Está la auditora en lo correcto?, ¿hasta ahora, hemos procedido bien?”

Todo un clásico.

El caso es que el artículo 15.1.a) del reglamento de envases, Real Decreto 782/1998, obliga a los envasadores a declarar a la Administración “…la cantidad total de envases y de productos envasados puestos en el mercado y, en su caso, importados o adquiridos en otros países de la Unión Europea o exportados o enviados a otros Estados miembros…” así que, incluir los envases enviados a países de la Unión Europea en la declaración anual de envases es completamente correcto.

Ahora bien, en cuanto a los planes empresariales de prevención, el mismo Real Decreto, en su artículo 3.1 dice “Estarán obligados a elaborar un plan empresarial de prevención los envasadores que, a lo largo de un año natural, pongan en el mercado una cantidad de productos envasados y, en su caso, de envases industriales o comerciales, que sea susceptible de generar residuos de envases en cuantía superior a las siguientes cantidades…” dice “puestos en el mercado”, ¿se refiere solamente a mercado interior?.

Definitivamente, sí. En primer lugar porque esa interpretación no supondría contradicción alguna con el artículo 15.1.a) ya que, si se fijan, los requisitos adicionales que llevan a informar de los datos de otros países está separado de la obligación principal (informar del los “puestos en el mercado”) por la expresión “y, en su caso” y, en segundo lugar, porque el artículo 2, dedicado a definiciones incluye una definición aplicable al caso: “13.- Primera puesta en el mercado: La primera vez que el producto envasado es objeto de transmisión en el territorio nacional mediante un acto de enajenación debidamente documentado.”


Así que, mi diagnóstico es correcto:  la empresa lo estaba haciendo correctamente y, efectivamente, la documentación del sistema de gestión estaba demasiado correcta y completa.

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