martes, 27 de enero de 2009

Cambios en la normativa de envases industriales


Dentro de no mucho tiempo, auguro un punto de inflexión, un colapso: los técnicos de medio ambiente de las industrias, secundados por los funcionarios encargados de controlar su trabajo, se plantarán y dirán "basta".

La reforma del reglamento de la Ley de envases avanza por veredas oscuras y estrechas, lenta pero inexorablemente va a conseguir que un trámite no demasiado trabajoso pero prácticamente inútil se convierta en un trámite muy trabajoso e igualmente inútil.

Los muy mal llamados por la normativa Planes Empresariales de Prevención (PEP), destinados a que las empresas planifiquen cómo ahorrar en la puesta de envases en el mercado era algo que, con otros nombres y por motivos de ahorro de costes, con otras metodologías, todas las empresas con un nivel de gestión adecuado hacían de una u otra manera.

Las asociaciones empresariales de Euskadi organizamos planes sectoriales para ayudar a las empresas a cumplir la norma, con un cuidado listado de medidas de reducción y un manual para hacer seguimiento muy preciso de los indicadores de mejora. Las empresas más avanzadas y motivadas de la comunidad autónoma vieron la iniciativa con cierto alivio pues conseguían abordar un trámite legal, insisto casi completamente inútil para la mayoría de ellas por quedar muy atrás a su gestión, ahorrándose tiempo y esfuerzo en papeleo y burocracia.

Discúlpenme si soy demasiado crítico pero es este tipo de trámites burocráticos los que dan mala fama a la regulación industrial. El resultado práctico de este trámite es que, las empresas motivadas y con altos niveles de gestión se ven obligadas a rehacer los deberes que ya tenían hechos para completar un formato, ni mejor ni peor que el que ya usaban. Las empresas ni motivadas ni interesadas en cumplir la normativa, siguen sin hacer nada pues la Administración no tienen medios para controlar trámites que, en realidad, tienen un impacto muy limitado en el medio ambiente generando, una vez más, desequilibrios injustos en la competitividad de las empresas.

Parece que con la reforma del reglamentaria prevista vamos a peor. No sólo restringe la posibilidad de presentar planes agrupados sectoriales, además da una precisión nunca vista al formato de los planes individuales, con referencias a normas UNE concretas. Habrá que volver a rehacer lo ya hecho, para adaptarlo a un formato, insisto, ni mejor ni peor que el ya usamos y con un resultado práctico, cuando menos, escaso.

Yo lo dejo ahí: llegará el día que se planten y será con toda la razón del mundo.....

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