Llevo unos días un poco liados pero no, no me quejo, están resultando muy interesantes.
En estos últimos días de mayo se concentran las asambleas generales de muchas asociaciones, federaciones y confederaciones y, aunque, salvo a la de AVEQ-KIMIKA voy de invitado, son días completos perdidos... bueno, o quizás, con más propiedad, días "ganados".
Esa sensación, la de dedicar un día fuera de la oficina a algo útil e interesante, se acrecentó la semana pasada cuando asistí, como todos los años, a la asamblea general de la Confederación Empresarial de Bizkaia, por todos conocida como CEBEK.
Año tras año, por muy altas que sean mis expectativas, la organización de la asamblea de CEBEK no deja de superarlas. Se trata de un evento complejo, en el que pueden surgir muchos imprevistos, con los tiempos siempre muy medidos y cada año, el programa se cumple a la perfección y los asistentes se olvidan completamente del continente y pueden centrarse al 100% en el contenido. Creo que no se puede decir nada mejor de la organización de un evento.
Como es tradicional, desde hace ya algunos años, CEBEK organiza un "encuentro empresarial", una fórmula mixta ente un conferencia y una mesa redonda en la que, un ponente de fuera de Euskadi y otro local, responden a una única pregunta durante uno 25 minutos para luego pasar a un debate que siempre cuenta con un moderador de prestigio.
El tema de este año no podía ser más interesante: "¿Es posible reindustrializar Euskadi?". Los que son habituales de este blog ya sabrán que el planteamiento ya me tenía ganado desde su formulación.
Es obvio que no soy objetivo en la percepción de este tema pero yo entendí la pregunta como una superación del absurdo debate entre la Euskadi industrial y la Euskadi "de los servicios", que parece por fin rebasado: el único camino que tiene Euskadi para garantizar el futuro de los que aquí vivimos y no abocarnos a ser un país de emigración, es la industria... ahora toca debatir como volvemos a impulsarla.
A mi indudable interés sobre el tema en abstracto se sumó una acertada elección de los ponentes: como "local" saltó al terreno de juego Josu Jon Imaz, presidente de Petronor y ex-consejero de Industria del Gobieno Vasco. Josu Jon es brillante y claro y, sobretodo, responde de forma directa a las preguntas que se le plantean. La última vez que asistí a una conferencia suya fue en el marco del IV Encuentro del Sector Químico en el IESE en Barcelona en el que, ante un público muy exigente y esta vez "jugando fuera de casa", hizo una exposición magnífica sobre el futuro de la Industria Química del grupo Repsol.
Como visitante jugaba Juan José Toribio, profesor precisamente del IESE y asesor de la Asociación Española de Banca (AEB). Confieso que era la primera vez que le escuchaba en público, si bien había oído hablar mucho de su capacidad de análisis y lo fino que hila en las exposiciones, así como de su fama de acérrimo liberal y de cierta capacidad de provocación, pues expresa puntos de vista muy alejados de los "políticamente correcto", al menos en el ámbito social y de los medios de comunicación, a lo cual creo que también se ve empujado por su papel, en los tiempos que corren, de defensa del sector bancario.
Como moderadora, CEBEK tuvo el tino de invitar a una apuesta segura: Mª Carmen Gallastegui catedrática de Teoría Económica de la UPV/EHU que ha sido Consejera de Economía del Gobierno Vasco. Allí coincidí con Joxean Calvo, de Acorde Consulting, uno de los mejores expertos con los que cuenta Euskadi en gestión empresarial y excelencia, y una referencia fundamental en EFQM en toda Europa, que me dijo con rotundidad: "La mejor profesora que tuve yo en todo mi paso por la facultad de económicas de Sarriko".
Tras la presentación del nuevo presidente de CEBEK, Iñaki Garcinuño y una introducción por parte de la moderadora, tomó la palabra Josu Jon Imaz y fue directo al grano: la pregunta clave que debemos hacernos para saber si es posible o no una reindustrialización en Euskadi es "¿De verdad queremos reindustrializar Euskadi?" y planteó la cuestión de forma muy cruda: "Preparen un proyecto industrial de alcance, una acería, una papelera, una fundición, tengan lista la financiación, el plano constructivo, el plan de negocio.... y, entonces, busquen un municipio en Euskadi para implantarlo..." y ligó esta circunstancia, este dominio social del "no, por sistema" con las oportunidades que está abriendo la explotación del gas no convencional en Estados Unidos, lideradas por la Industria Química.
Tras él fue el turno del profesor Toribio que se centró en aspectos puramente económicos y en tratar de convencernos de que no estamos tan mal como dicen. Hizo algunas afirmaciones que, académicamente son correctas, pero que han generado mucha polémica por el foro en el que las hizo y la hipersensibilidad actual que hay en esta materia. De hecho, he recibido algunos email de directivos de empresas asociadas, presentes en la sala, con alguna queja y preguntas incisivas como "¿Se identifica CEBEK con las afirmaciones del profesor Toribio?" o "Se perdió una buena oportunidad para rebatir las teorías ultraliberales de Toribio. La única que saco un poco la cara fue Mari Carmen Gallastegui". Se referían, por ejemplo, a cuando dijo: "Lo que los sociólogos llaman conquistas sociales y lo que los juristas llaman derechos laborales, nosotros lo llamamos distorsiones del mercado de trabajo. Eso es lo que son en lenguaje económico" o cuando proponía que los territorios y países compitieran entre ellos por atraer inversiones industriales mediante, por ejemplo, la eliminación del Impuesto de Sociedades para empresas que no repartan beneficios y los reinvierten. Y me enlazaban algunos artículos muy críticos, como este de Imanol Zubero.
Evelyn Beatrice Hall, biografa inglesa de Voltaire, para resumir el pensamiento del gran filósofo francés de la Ilustración, dijo: "Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo". Es evidente que CEBEK no se identifica con las afirmaciones de todos los conferenciantes que pasan por sus actos y eventos (que son muchos y muy variados), pero con este evento concreto, pretendía abrir un debate, llevar una pregunta al primer plano social y ese objetivo se logró con creces. Las visiones de cómo llevar a cabo ese imprescindible proceso de reindustrialización son muchas y muy variadas y todas deben ser, al menos, escuchadas.
Pero, más allá de que CEBEK no se identifique con sus teorías, el profesor Toribio no propuso en ningún momento eliminar los derechos laborales. Se limitó a una afirmación de carácter académico. Del mismo modo, en este modesto blog, cuando me refiero a los efectos ambientales de las actividades y a su denominación en teoría económica como "externalidades", no estoy proponiendo en absoluto eliminar la regulación medioambiental.
Si me lo permiten, me quedaré con lo esencial: Europa, la industria europea, compite en mercados globales llevando en la mochila algunas necesarias, imprescindibles, irrenunciables, esenciales, medulares, básicas, elementales, primordiales, indispensables... sin duda, pero, al fin y al cabo distorsiones del mercado, pues en otros países no existen y las autoridades europeas, españolas y vascas deberían aportar y promover aquellas condiciones que favorezcan la competitividad de la industria y compensen dichas distorsiones.
Una política seria, continuada y estable de inversiones en I+D+i, en formación reglada y continuada, un programa decidido de infraestructuras bien planificadas, sin "faraonismos" pero sin escatimar en todo aquello que sea necesario, una política fiscal favorable y un largo etcétera de aspectos y medidas que los gobiernos, y los ciudadanos al elegir aquellos, deberían favorecer si de verdad queremos reindustrializar Euskadi.
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