jueves, 22 de junio de 2017

Sindicatos fuertes y círculos de complacencia



Sucede que Internet y las redes sociales no han creado fenómenos nuevos de comunicación. Del mismo modo que los viajes en avión no han modificado las leyes de la física.

Las normas, los principios fundamentales de la comunicación se siguen cumpliendo aunque, quizás, la velocidad y capacidad de transmisión tan enorme de las nuevas tecnologías, exacerban y hacen más evidentes fenómenos, que ya existían antes.

Uno de ellos, uno entre muchos, es el fenómeno de los "círculos de complacencia". Desde la antigüedad, se viene hablando de la tendencia humana, preocupante en el caso de reyes o emperadores que tomaban decisiones de gobierno, de rodearse solamente de personas que confirmaran sus propias opiniones, de los que entonces daban en llamarse, “aduladores”, una práctica puesta al día recientemente por el gabinete Trump en pleno. (Personas sensibles a la vergüenza ajena, mejor absténgase de ver el vídeo que enlazo).

Nosotros, los particulares, también solemos caer en este círculo por cuanto que nos cerrarnos a las opiniones que nos contrarían, pues nos desasosiegan y, por naturaleza, tendemos a escuchar a gente que está básicamente de acuerdo con nosotros, entre la familia, entre los amigos y en las redes sociales.

Quizás porque, desde muy pequeños, mis padres siempre favorecieron el debate entre mis hermanos y hermanas, cada uno de nosotros tienen ideas muy diferentes y, en nuestras reuniones familiares o incluso a través del Facebook, siempre hay hueco para una buena conversación de política, de historia, de economía, de literatura, de cine, de cualquier cosa, en la que nunca estamos todos de acuerdo.

En la redes, es aún más fácil cerrar el "círculo de complacencia". En Twitter, por ejemplo, basta con dejar de seguir a todo aquel cuyas opiniones no coincidan con las nuestras y, si insiste en intervenir en nuestros debates, basta con bloquearle. Ya no volverá a incomodarnos exponiendo posturas con las que no estamos de acuerdo y se terminó el problema.

Yo les aconsejo que hagan justo lo contrario. Yo procuro hacerlo y, sinceramente, resulta muy enriquecedor. Y cuanto más inteligente y culta sea la persona con la que discrepamos, más conviene leer lo que escribe o escuchar lo que dice.

Nunca he dejado de seguir a nadie en Twitter por discrepar de sus opiniones y, sin embargo, si he sido bloqueado por algún que otro gurú al que no pareció gustarle que le planteara determinadas preguntas. (Por ejemplo, con el tema del acuerdo de comercio TTIP, llevo ya tres bloqueos...)

Pero en fin, es quizás por todo ello, que sigo con mucho interés el Twitter y el blog de D. Juan Torres López, catedrático de economía aplicada de la Universidad de Sevilla y con el que discrepo con casi cada tuit que publica.

Este miércoles, mientras me refugiaba del calor en un bar cercano al Colegio de Abogados, leí en el móvil este tuit. Es un pregunta que me he hecho algunas veces y para la que tengo mi particular respuesta:
Sáltense los cuatros primeros párrafos y, discúlpenme el consejo, es que parece que, para determinadas posiciones ideológicas, si no se empieza una argumentación aludiendo a una buena conspiración, a un mundo de buenos y malos y culpando al capitalismo de algún genocidio, no se empieza con fuerza.

Pero, a partir del quinto párrafo, comienza a analizar, ya con un punto de vista más científico y doctrinal, la cuestión y, quizás sorprendentemente, resulta que estoy casi del todo de acuerdo, con casi todo lo que dice.

Es más, añadiré algún argumento adicional: unos sindicatos fuertes, constructivos, dialogantes y que piensan en el bien común con visión de largo plazo, no sólo son buenos para la economía, son imprescindibles para su desarrollo sano y equilibrado. Son imprescindibles para el concepto mágico del Desarrollo Sostenible.

Entre otras muchas cosas, además de equilibrar el Desarrollo, vigilan la competencia desleal entre empresas, pues el incumplimiento de la normativa laboral por parte de una empresa, es flagrante competencia desleal, se mire por donde se mire.

Ahora bien, si los sindicatos, para creerse fuertes, caen en la demagogia de la lucha por la lucha, de mostrarse combativos con el único fin de captar afiliados que paguen sus cuotas y sigan sosteniendo económicamente a sus cúpulas. Si caen en la demagogia absurda y ridícula de no querer cerrar acuerdos en ningún caso, simplemente como estrategia de partida. En la estupidez de alegar, sin ningún otro criterio, que, si ofreces 100 es porque, en realidad, puedes dar 200 y si ofreces 200, es porque, en realidad puedes dar 400, entonces, no solo serán un obstáculo para el beneficio empresarial, lo serán para el desarrollo económico y social de todos.

En la negociación del Convenio General de la Industria Química llevamos desde 1978 sentándonos a la mesa con, posiblemente, las dos federaciones más potentes, preparadas y con mayor implantación en las empresas, de los dos sindicatos mayoritarios de este país, de UGT y CCOO.

Es un convenio avanzado, innovador, punta de lanza de muchas reivindicaciones sindicales. Con niveles salariales muy elevados respecto a convenios sectoriales de ámbito nacional similares. En la Industria Química tenemos indices de fijeza en la contratación por encima del 94%, con una media salarial un 66% superior a la media nacional, con un incremento acumulado de salarios del 9,3% desde 2009, en plena crisis económica global, etc. etc. (Radiografía FEIQUE) y, sin embargo, en sus casi 40 años de historia, nunca se ha convocado una huelga general del sector.

¿Es bueno para el Sector Químico contar con los sindicatos más fuertes de este país?... dejando de lado la obsesión conspirativa, el maniqueismo y las historias de buenos y malos, definitivamente, sí. Sin ninguna duda... y si para ello tengo que estar de acuerdo con el señor Torres, pues bienvenido sea... sin que sirva de precedente, claro.


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viernes, 9 de junio de 2017

Shame! (Toxicology and clichés...)



It is very hard to fight against clichés. It is hard because our own perception can't be objective and it is fully oriented to confirm what we have previously learned. Our brain is very stubborn.

With clichés, this brain gear works even better. Along your daily life you may find tons of perfectly honest politicians but, if you ever find a crooked one, your brain makes you say: "All politicians are the same, everyone of them cheats".

Accidents statistics clearly say women drive cars better than men. The dishonest people rates are equal between lawyers, bankers and councilmen of urbanism than between average people but the cliché stored in the hard disk of our brains thinks in the opposite direction.

We have been working with transnational companies for years and, one of the clichés we have been fighting against is that one which says Spaniard are reckless, do not plan and try to fix everything in the last moment by improvisation.

After all this years participating in REACH's framework, we have seen similar level of efficiency among French, German, British and Spanish companies, engineering and consultancies.

We are still convinced but, some days ago, suddenly, our own Public Administration, the Spanish Public Service, stubbornly and surprisingly persisted in confirming the clichés... once again. And we, ashamed, only were able to try to explain to the corporate services of our affiliated companies the situation, trying not to use words as "blunder", "incompetent" or "absurdity", precisely, avoiding confirming the cliché.

We started very early insisting our companies to move forward with the procedures before the National Institute of Toxicology. In January, 2002, we sent this circular  letter explaining that time procedures and advising: "It is foreseeable that, given the resources available to the SIT and the avalanche of registration applications in case this obligation is incorporated, AVEQ recommends that all marketed products be registered as soon as possible"

We have seen all predictions we made have been fulfilled one by one and, 15 year latter, the process was going to culminate last June, 1st, with the coming into force of the compulsory registration of all industrial mixtures classified as dangerous. Thousands, maybe millions, of formulas, with their SDSs and labels, should have been uploaded with the on-line application created ex-profeso for this purpose. We, and all the industry with us, had the premonition that the application was going to colapse at the precise moment.

But the “colapse”, the real “colapse”, the true and genuine Spanish blunder came, two days before the end of the term when…  maybe, better, I’ll let Borja Fernández Almau, our Product Stewardship Manager explain it, pasting one of the email he was forced to write. This one sent to an important Italian chemical company:


Hello Giovanna, let me try to explain the unintelligible legal situation we are suffering here and see the options we have.

Approximately a couple of months ago, the National Institute of Toxicology, Spanish anti-poison centre (INTCF) changed its management; apparently, the new director joined in with the concern of not being able to handle an expected massive number of registrations. Last Tuesday, May 30th, we received from FEIQUE (Spanish Chemical Industry Federation) a draft regulation where a modification of the obligation to register was proposed as follows: whereas for hazardous mixtures for consumer or professional use the same conditions and deadlines prevail, for industrial mixtures there is a delay in the obligation to register up until 2024.

This delay is not automatic for every product, a kind of "pre-registration" is required to adhere to the new deadline; this simplified procedure requires sending the SDS and the label (not composition nor other data). Besides, no fees are to be paid.

So, for your legal entity in Spain there is no choice, as long as the applications were filed, the fees paid and the registration numbers assigned the procedure is already closed, but for your company in Netherlands, we still can choose, there are two options:

- We finish the process: We could upload the fee receipt you sent yesterday, so the mixtures will be fully registered (and the INTCF telephone can be used in your SDS). Main problem is that you are supposed to update the sheets in case of modifications.

- We stop the process of registrations: We are still on time to cancel the applications not uploading the fee receipts. We could ask the fees to be reimbursed and then we would send the SDS and labels through the simplified registration. In this case you save the fees but we will be in a non-compliance situation till the new regulation come into force.  The draft regulation is still under consultation, its approval is expected by the end of this month. In any case, taking under consideration that the Ministry is making a whole mess out of this matter, I am unable to assure the achievement of these deadlines.

Let me know your thoughts,
Borja


As summary: all diligent producers, not have only paid the fees for nothing, they will have to pay fees for every modification they’ll make in their formulas for the next seven years. Whoever has looked the other way, whoever had been negligent, will have seven years more of tranquillity… Once again, due the Spanish clichés serious companies lose, crooked companies win.



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