lunes, 3 de agosto de 2009

ETA: ¡déjanos en paz!



Hace unas semanas, con motivo del asesinato de Eduardo Puelles en Bilbao, publiqué en el blog una entrada parecida a esta. Alguien me envió un comentario afeándonos el hecho de que habláramos de un asesinato de ETA y no de los asesinatos de violencia doméstica. El motivo de esta diferenciación es que, a lo ruin del crimen, en los asesinatos de ETA se añade el hecho de que sus autores tienen, encima, la desfachatez de decir que lo hacen en nuestro nombre, en nombre del pueblo vasco... y no puedo permitir que alguien diga eso sin responder, por ahí no paso.

Los seguidores habituales de este blog saben que somos bastante disciplinados con los temas que tratamos, que somos aburridos y monótonos podrá decir alguien, pero somos bastante firmes en que, la asociación de químicas, con sus pocos medios, debe mantenerse en “sus temas” si no quiere dispersarse y perder eficacia.

Solamente nos permitimos un “off-topic”, uno nada más y es que, en tanto que somos parte de la sociedad vasca, de pueblo vasco, cada vez que un grupo terrorista mata y dice que lo hace en nuestro nombre, para liberarnos para mostrarnos el camino correcto que nosotros no somos capaces de ver, es como si bebiéramos ácido sulfúrico y no nos queda más remedio que gritar alto y claro, lo más fuerte que podemos, que no son nadie, que no nos representan y que nos dejen en paz de una vez.

Hace ya casi 10 años, durante aquella tregua de ETA de 1999, en un curso que asistí sobre el referencial de gestión de la calidad EFQM, uno de los presentes hizo una comparación, desde mi punto de vista desafortunada y, lo que es casi peor, equivocada.

Hablando de la importancia de la recopilación de datos y de la planificación de cada acción concreta, vino a decir algo así como: “ETA, por ejemplo, planifica muy bien todas sus actividades”... el solito, se había cargado el curso.

Comenzó un debate, educado pero firme, sobre el ejemplo en particular y sobre la determinación de objetivos y yo, particularmente, solamente le dije lo siguiente:

“Dejando a un lado las cuestiones morales, la repugnancia que cualquier persona normal y mentalmente sana siente cuando alguien mata intencionada y premeditadamente a un ser humano, sea por el motivo que sea, además ETA son una cuadrilla de estúpidos fanáticos. El ejemplo de la planificación que dices es ridículo porque, según dicen ellos mismos, no tienen como objetivo “matar gente” sino “liberar al pueblo vasco” y, por supuesto, ser ellos, los únicos iluminados por la verdad, la vanguardia de esa liberación. No son capaces de ver que con cada acto de violencia se alejan más del objetivo, que con cada asesinato, el “pueblo vasco” al que dicen representar, les desprecia más y más.

Si de verdad fueran capaces de planificar algo más que un crimen, dejarían las armas para siempre ahora mismo y reconocerían lo estúpidos y miopes que son y que no tienen ningún derecho a representar a nadie más que a ellos mismos. Que no son garantes de nada ni de nadie y que los vascos, cada uno de ellos, ya son responsables de sus propias decisiones y no necesitan de vanguardias revolucionarias, ni de iluminados “conocedores de la verdad”, ni de “supremos timoneles” ni de cualquier otro tipo de “guías fascistas”.



El pasado jueves, 30 de julio, dos agentes de la Guardia Civil, Carlos Sáenz de Tejada García, burgalés de 28 años, y Diego Salva de Lezaun, agente en prácticas natural de Pamplona de 27 años, fueron cobardemente asesinados en Mallorca.

ETA: ¡déjanos en paz!, no nos representas, no actuáis en nuestro nombre... no sois nadie.

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