jueves, 27 de septiembre de 2012

La coordinación de actividades empresariales y el catecismo del padre Astete




Hay una frase hecha en castellano que me gusta muy poco y que aplicada a la prevención de riesgos laborales no me gusta nada pero que me he visto obligado a utilizar recientemente. Es aquella que dice "Doctores tiene la Iglesia"

Tiene esa frase hecha su origen en el libro "Catecismo de la Doctrina Christiana" del padre Gaspar Astete (1537-1601), conocido simplemente como "Catecismo del Padre Astete", un jesuita español que publicó su famosísimo catecismo en forma de preguntas y respuestas y que fue de aprendizaje memorístico obligatorio para la mitad de los niños españoles hasta hace unas pocas décadas. Digo la mitad porque tuvo más difusión en el norte de España mientra que, en el sur, era más habitual utilizar el "Catecismo del Padre Ripalda", de Jerónimo Martínez de Ripalda (1536-1618), también padre jesuita  Aquellos de ustedes algo más veteranos lo recordarán... y no se me pongan nostálgicos que nos conocemos.

El caso es que la frase en cuestión la escribe el padre Astete en el siguiente contexto:

P.: Además del Credo y los Artículos, ¿creéis otras cosas? 
R.: Sí, Padre, todo lo que está en la Sagrada Escritura y cuanto Dios tiene revelado a su Iglesia.

P.:¿Qué cosas son ésas? 
R: Eso no me lo preguntéis a mí que soy ignorante; doctores tiene la santa Madre Iglesia que lo sabrán responder.

En mi opinión, el padre Astete no utiliza la frase exactamente en el sentido que recibe la frase hecha, que viene a significar algo así como: "de este tema hay gente que sabe más que nosotros que ha dicho que es así y no somos nosotros nadie para discutirlo"... más menos. Pero, en fin, así queda para la historia.

Les decía que no me gusta nada la frase porque soy firme partidario de la divulgación científica y de la transparencia a toda costa. Creo que todos somos adultos y capaces y que, si alguien se toma la molestia de explicar las cosas, por complejas que estas sean, casi cualquiera puede llegar a entenderlas.

Me pasa mucho cuando cuento por ahí procesos industriales de manipulación de alimentos... alguien siempre afirma con cara de desagrado "Es mejor no saber..." y yo siempre pienso que no, que para ser adultos y tomas decisiones siempre "será mejor saber" y cuanto más sepamos y más conscientes seamos, mejor.

Y digo que esa frase me resulta especialmente molesta en materia de prevención de riesgos laborales porque creo que el más sabio doctor de la seguridad es cada uno es uno mismo y solamente con concienciación y diálogo es posible avanzar en este campo, evitando órdenes, imposiciones y mandatos.

Pero, como les decía, en la penúltima reunión del Grupo de Trabajo KIMIKA de Seguridad me quedé más sólo que la una en la defensa de un argumento y, teniendo en frente a un muy intimidante grupo de técnicos, jefes y jefas de seguridad de industrias químicas del País Vasco, no me quedó más remedio que plegar velas y afirmar contrito (término éste muy del gusto del padre Astete, imagino): "Doctores tiene la Iglesia..."

El caso es que llevaba yo tiempo dándole vueltas a la espiral de locura en la andan metidos los responsables de prevención de las industrias con la documentación asociada a la coordinación de actividades empresariales, a la gestión de contratas.

Derivado de la cadena de responsabilidades subsidiarias que impone la normativa, el listado de documentos que las empresas que reciben contratas en sus instalaciones es de una extensión y detalle descomunal, multiplicado por cada uno de los trabajadores que entran en las instalaciones y la necesidad de su permanente actualización.Una locura administrativa a la que, en muchas ocasiones, es necesario dedicar gran parte del tiempo de los técnicos y, en aquellos más afortunados, el de un administrativo que le apoye en la gestión.

Así, entre otras cosas y para empezar, piden el certificado de que los trabajadores han recibido la formación adecuada respecto a los trabajos objeto de la contratación por ejemplo en el en caso de realizar trabajos en altura, con riesgo eléctrico, espacios confinados, manipulación de productos fitosanitarios (plaguicidas,  etc.), uso de aparatos elevadores y/o trabajos con vehículos y maquinaria para movimiento de tierras y para manipulación de materiales se deberá presentar certificados de formación específica.


Solicitan certificados de aptitud médica para la realización de trabajos que impliquen un riesgo especial  (aquellos trabajos incluidos en el Anexo I del R.D. 39/97 o en el Anexo II del R.D. 1627/97 y otros derivados de su propia actividad, como son los trabajos con riesgo de caída de altura, con electricidad, en espacios confinados, etc.).

Nombramiento de recurso preventivo y formación en materia de PRL (nivel básico como mínimo) para aquellos trabajos que así lo requieran.


Por supuesto, copia de DNIs de todos los trabajadores que vayan a acceder a las instalaciones para poder comprobar que, efectivamente, las personas que se presentan en las instalaciones son las mismas que figuran en la documentación.


Además, copia de los impresos TC1 y TC2 del mes anterior a la fecha del inicio de los trabajos donde figuren los nombres de las personas que intervendrán, o el parte de alta correspondiente debidamente sellado por el INSS si se trata de personal de nueva incorporación, o bien recibo de autónomos, si se trata de personal perteneciente a este tipo de colectivo.

Este último es especialmente significativo pues la costumbre de pedirlo procede de un artículo del Estatuto de los Trabajadores y de otro de la Ley General de la Seguridad Social (no de la normativa de prevención) que dice:


Estatuto de los Trabajadores. Artículo 42. Subcontratación de obras y servicios. 

1. Los empresarios que contraten o subcontraten con otros la realización de obras o servicios correspondientes a la propia actividad de aquéllos deberán comprobar que dichos contratistas estén al corriente en el pago de las cuotas de la Seguridad Social. Al efecto, recabarán por escrito, con identificación de la empresa afectada, certificación negativa por descubiertos en la Tesorería General de la Seguridad Social, que deberá librar inexcusablemente dicha certificación en el término de treinta días improrrogables y en los términos que reglamentariamente se establezcan. Transcurrido este plazo, quedará exonerado de responsabilidad el empresario solicitante.

2. El empresario principal, salvo el transcurso del plazo antes señalado respecto a la Seguridad Social, y durante el año siguiente a la terminación de su encargo, responderá solidariamente de las obligaciones de naturaleza salarial contraídas por los contratistas y subcontratistas con sus trabajadores y de las referidas a la Seguridad Social durante el período de vigencia de la contrata.


Ahora bien... ¿qué significa "propia actividad"?, se preguntarán. Pues no son los únicos y es un tema muy largo que, si me lo permiten, lo derivo a una entrada posterior.

Pero lo más pintoresco de los procedimientos que obligan a pedir estos documentos es que, la entrega de tanto la certificación negativa de descubiertos como las copias del TC1 y TC2 no podrían evitar que el subcontratista del que no nos fiamos, entregue los documentos en nuestra fábrica, deje a sus empleados trabajando y vaya directamente a las oficinas de la Seguridad Social a darlos a todos de baja.

El procedimiento de acceso más desbocado con el que me he enfrentado, el de un cliente de una empresa asociada, que creo que con nuestra ayuda consiguió reconducir, era el caso de una instalación industrial que pedía, con quince días de antelación, toda esa documentación... de todos los chóferes de los camiones que iban a acceder a sus instalaciones.

El caso es que, con el fin de asistir a las empresas en el manejo de esta documentación existen en el mercado opciones de software para gestionarlas en PDF, con avisos automáticos dirigidos a la base de datos de contratistas y con un código de semáforos para poder controlar visualmente qué documentos faltan por entregar o bien, en su caso, por renovar.

Un paso más allá son los sistemas on-line en los que una empresa externa certifica esa documentación a los receptores de contratas, de modo que sean ellos los custodios de la documentación y los que deben preocuparse del seguimiento de las renovaciones.

Llevando un poco más allá esta práctica y con el conocimiento adquirido en el Foro CEBEK de Coordinación de Actividades Empresariales  los procedimientos que se llevan a cabo en otros sectores, presenté una propuesta al Grupo de Trabajo KIMIKA de Seguridad que estaba seguro a todos les parecería una genialidad y sería aprobada por aclamación.

En lugar de verse inundado de papeles o confiar en la certificación de un tercero externo, que cobra por ello claro, ¿por qué no confiamos en la responsabilidad del contratista y le pedimos un único documento: una declaración responsable, firmada por el mismo, certificando estar al día de sus obligaciones y exonerando de responsabilidad al empresario principal?.

Cuando presenté la idea al grupo iba acompañada de un despliegue de actividades destinadas a unificar criterios con la Inspección de Trabajo y la propia fiscalía de prevención de riesgos, así como Osalan y otros sectores industriales y no industriales. Circulares, publicaciones, jornadas informativas, seminarios... la recepción de la propuesta fue más bien fría... casi congelada.

"Bueno" - me dijeron unánimemente - "... pero nosotros seguiremos pidiendo todos los demás papeles, que nos quedamos más tranquilos".

Obviamente, dije la referida frase, recogí el despliegue y cambié de tercio y comenzamos a hablar de otro tema. (En concreto, sobre la aplicación a las empresas industriales del Real Decreto 1627/1997, de 24 de octubre, por el que se establecen disposiciones mínimas de seguridad y de salud en las obras de construcción y sobre qué puede considerarse "obra de construcción" y qué no, en el constante devenir del mantenimiento en las instalaciones industriales. Por cierto, estén atentos a la agenda de CEBEK que a principios del próximo mes de noviembre hay programado un seminario para tratar de aclarar esta cuestión).

Aspiro a convencer algún día a los doctores de AVEQ-KIMIKA. Entre tanto, me temo que seguiremos navegando en el tormentoso mar de los papeles que nos inunda pero que, ¡oh contrasentido!, nos da seguridad.


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lunes, 24 de septiembre de 2012

Excusas, blogs, Steve Jobs... y Seguridad Industrial



Aunque son muchos los clientes, compañeros y amigos que me preguntan creo recordar que ya les aburrí una vez con mis reflexiones sobre el truco para mantener en marcha un blog.

Les conté que, según mi más que modesta opinión, mantener esto en marcha es más una cuestión de ritmo que de tiempo material y cómo, en realidad, durante las vacaciones, a pesar de contar con más tiempo, de ir a todas partes con el portátil a cuestas y dedicar casi todas las mañanas de verano, con el fresquillo mañanero, un ratillo a contestar emails, leer boletines oficiales y pergeñar circulares e informes, soy escasamente capaz de juntar inspiración y paciencia para escribir cuatro letras.

Pero les contaré un secreto adicional. Durante las vacaciones, hay un aliado con el que no puedo contar: el metro.

No, no se trata de las bondades inspiradoras del ferrocarril suburbano de Bilbao y sus hermosas vistas del amanecer sobre la ría. No. Se debe a que, normalmente, como por ejemplo hago en estos instantes, las entradas del blog son (o, más bien, eran) escritas casi completas durante los trayectos en metro.

Soy consciente que también les he aburrido alguna que otra vez con mis diatribas sobre las excelencias de utilizar el transporte público, sobre la Sostenibilidad en la movilidad y de cómo tenemos poco derecho a quejarnos de un problema si en la parte que nos corresponde no aportamos nuestro grano de arena, pero es que, además, en mi caso particular, en metro tardo 30 minutos en llegar a Bilbao, frente a los 15-20 que tardaría en coche dependiendo del tráfico, pero durante los trayectos en coche, además de conducir y oír la radio, poco más se puede hacer, sin embargo, gracias a las maravillas de los dispositivos móviles, durante los recorridos en transporte público el tiempo puede aprovecharse de mil maneras.

En el caso concreto de este blog, el truco es (o más bien, era) sencillo. Nada más subir al tren, en ocasiones antes en el mismo andén de la estación, saco el móvil y me pongo a teclear como un poseso sobre el tema que me anda rondando la cabeza ese día. Para cuando el tren llega a la estación de destino, no sería la primera vez que concentrado en el texto me paso de parada, me mando un email a mí mismo. Al llegar al despacho, bajo el correo, corrijo, copio y pego el texto, le pongo una foto y, voilà, ya tengo (o, más bien, tenía) una entrada nueva en el blog.

¿A qué viene eso de “más bien, tenía”? pues que esta sistemática de trabajo, con ritmo y disciplina, me la ha fastidiado bastante los señores de Apple y, en concreto el difunto Steve Jobs y el haber puesto de moda los teclados táctiles.

Hasta hace unos meses andaba yo por la vida con un tocho-móvil HP, que pesaba 500 toneladas, que funcionaba con una versión jurásica de Windows Mobile, sin Whatsapp ni nada y al que tuve que equipar con una batería adicional, que abultaba lo indecible, para que la pila durara más de 12 horas, pero que tenía un pequeño, coqueto y robusto teclado de verdad, con teclas físicas, que con el paso del tiempo fueron perdiendo la pintura de las letras, con las que alcancé marcas de velocidad de mecanografía ciertamente respetables.

Pero claro, llegó Apple y puso de moda las pantallas táctiles, y el muestrario de morcillas que tengo por dedos no termina de acostumbrarse. Ahora tengo Whatsapp, Twitter, Facebook, la misma aplicación de Blogger… lo tengo todo en el móvil… pero no tengo teclado y, en los 30 minutos que antes escribía una entrada entera ahora apenas escribo cuatro párrafos y con una infinidad de erratas que tengo que corregir.

Sí, lo sé. Soy consciente de que hay modelos de smatrphone con teclado físico y, descuiden, la próxima vez que cambie de móvil iré por ese camino. Espero que con ello pueda recuperar el ritmo de dos entradas semanales.

Todo esto era la excusa introductoria para adelantarles en qué andaremos trabajando en materia de Seguridad Industrial en este curso 2012-2013.

Tenemos la puesta en marcha de la Directiva Seveso III que viene a ser la adaptación al Reglamento CLP de la normativa Seveso. Aprovecha la Unión Europea que el Pisuega pasa por Valladolid, por Aguilar de Campoo y por Simancas, para reforzar los aspectos de inspección y de información a la población, aspectos que en el País Vasco poco más se pueden reforzar.

Hemos preparado una hoja de cálculo Excel para ir adelantando los cálculos de afección de la norma pero ya les adelanto que estimamos un notable incremento del número de instalaciones afectadas. No tanto por la adaptación al Reglamento CLP, aunque la inclusión de la categoría 3 de Toxicidad Aguda por inhalación, parte de la cual antes eran productos Nocivos por inhalación, provocará alguna nueva entrada, sino por las reclasificaciones provocadas por el Reglamento REACH y, en concreto, los aspectos de peligrosidad medioambiental.

Andamos hablando con el Departamento de Interior de autoprotección y, en concreto, del programa informático para notificar (y mantener actualizados) los registros de planes de autoprotección. Además, andamos (pre)ocupados con la acreditación de los técnicos firmantes de los planes, una orden que salió en el BOPV el 4 de septiembre y que implica un trámite previo en el proceso de puesta en marcha de los Planes de Autoprotección con el que no contábamos.

Hemos hablado, poco todavía la verdad, con el Departamento de Industria sobre la aplicación informática (sí, otra) que están poniendo en marcha para las altas y actualizaciones de las instalaciones APQs.

En fin, que llego mi parada. Al final, las excusas ocupan más espacio en la entrada en sí. Acepten mis disculpas por tanta disculpa.

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miércoles, 12 de septiembre de 2012

Elecciones, recortes y decretos... y medio ambiente



En estas primeras semanas de septiembre siempre resulta tentador escribir en el blog alguna entrada sobre el principio del curso, sobre qué tenemos programado para el mismo o sobre qué perspectivas hay para estos próximos meses y es una tentación fuerte... en la que voy a caer con cierta fruición, si a ustedes no les parece mal, y escribiré tres o cuatro entradas sobre el tema.

En este mes de agosto, además de sobre olimpiadas, primas de riesgo, de "llorentes y de martínezes" y de Ecce Homos de Borja, se ha hablado mucho de que habrá elecciones autonómicas vascas (y gallegas) el próximo 21 de octubre.

Yo tenía apostado un café a que el lehendakari las convocaría para el mes de noviembre. A pesar de mis 10 días de error creo que me terminaré cobrando el café. Mi interlocutor, que de esto sabe más que yo, apostó por enero. Su razonamiento era muy bueno y, de hecho, si me lo hubiera dicho antes de apostar me habría convencido: hubiera sido una estrategia política bastante ventajosa para el partido en el gobierno, probablemente muy provechosa (aunque no muy ética, todo hay que decirlo…), presentar en noviembre unos presupuestos irrealizables, sin ningún recorte, y dado que no se podrían aprobar, disolver el parlamento alegando que los recortes los quieren hacer los demás.

Pero el caso es que la gente del PSE, o bien no vio el cálculo, o bien pensó que la estrategia de presentarse a unas elecciones mintiendo abiertamente en el programa electoral, tengas o no perspectivas fundadas de gobernar en solitario (no digo ya si tienes posibilidad de obtener una mayoría absoluta), no es buena idea.

Y no lo es porque a una persona que se presenta a un cargo público no sólo hay que pedirle que diga lo que queremos oír, tiene que tener capacidad de análisis y percibir las medidas que la realidad exige en cada momento y en un razonable futuro y, sobre todo, ser valiente para decir en todo momento la cruda realidad. Decir que la realidad ha impedido aplicar el programa electoral es reconocer, sencillamente, que el programa estaba mal hecho…. ya me entienden.

Aunque claro, en las actuales circunstancias, si un partido político no plantea abiertamente romper con los estrechos carriles marcados por la Unión Europea y una chapucera unión monetaria, el margen de actuación, los grados de timón que un gobierno tiene a su disposición, son muy escasos.

Bueno, que me despisto y recaigo en el “off-topic”... esto, ¿a qué venía?. Ah, sí, a que tenemos elecciones en octubre y eso supone que una parte importante de la programación que teníamos para los 4 meses que quedan de 2012 ya no vale.

Empezó la legislatura en materia de medio ambiente, allá por 2009, con un proyecto estrella en la Viceconsejería en el que algo se ha avanzado pero que no ha acabado de rematarse. La verdad es que las organizaciones empresariales, especialmente las industriales, nos ilusionamos mucho con el plan de lucha contra el atasco administrativo casi-permanente que sufre la Dirección de Calidad Ambiental.

La combinación del constante incremento de trámites y permisos que se marcan desde Bruselas, con la tradicional meticulosidad de los servicios en el área medioambiental de Lakua y la continuada negativa del Gobierno Vasco a contemplar si quiera un mínimo incremento de recursos humanos y técnicos en el Departamento de Medio Ambiente empujan a los servicios del mismo al colapso de forma inmisericorde del que, al menos hasta ahora, se ha ido soslayando gracias al esfuerzo personal de los técnicos. (A ver si un día de estos les cuento, por ejemplo y un poco por encima nada más, la que se le “viene encima” al Servicio IPPC con la Directiva de Emisiones Industriales…)

La Viceconsejería marcó tres ejes básicos en ese plan, que ya aparecieron en la gestión de equipos anteriores, pero sobre los cuales se marcaron objetivos bastante claros y un plan de actuación definido.

Los tres ejes eran: primero, un cambio de mentalidad en Administración y administrados en la necesidad de la comprobación previa de cada extremo de las actividades autorizadas, apoyándose en el instrumento de la Declaración Responsable, en trasladar esfuerzos por parte de la Administración desde el área de autorizaciones hacia el área de inspección devolviendo una responsabilidad al promotor de las actividades que, en mi opinión, nunca debió perder.

El segundo consistía en reforzar el uso de la e-Administración y las herramientas informáticas y, atendiendo una vieja-viejísima reivindicación de la industria, dar soporte jurídico al sistema IKS-eeM de modo que las reglas de juego quedaran claras para todos.

El tercero, este algo más polémico entre la gente de la industria, se basaba en regular en el papel de las Entidades de Control Ambiental (ECAs), dándoles un mayor peso en todos los procedimientos. Digo algo más polémico porque, en realidad, se trata de una “privatización” del control previo (ex ante que diría un abogado) que en la industria se interpreta como “pagar por una eficiencia administrativa que ya pagamos en los impuestos” y sobre la que recae un serio riesgo: que los técnicos de la Administración no confíen en el sistema (no logrando aplicar el primer eje del plan) y termine siendo una “doble instancia” y, por lo tanto, acumulando aún más retraso.

Los tres ejes de actuación tienen sus riesgos, sus pros y sus contras, pero confiábamos en que en estos últimos meses de este año 2012 los decretos de IKS y ECAs que daba forma a los dos últimos, estuvieran publicados y en marcha y, de hecho, APD nos pidió colaboración para organizar sendas jornadas sobre las implicaciones de esas dos normas jurídicas.

El caso es que, a es que a 38 días de las elecciones, tengo poca confianza en que ambos decretos salgan en el BOPV en esta legislatura y, lógicamente, los técnicos del Departamento de Medio Ambiente no podrán concretar nada con un posible cambio de gobierno a las puertas.

En su lugar, en materia medioambiental, nos vamos a centrar aún más de lo previsto (que ya era bastante) en la aplicación del Decreto 278/2011 y el RD 100/2011 para una nueva revisión, adaptación y regularización de focos de emisión a la atmósfera (el primer plazo termina en enero 2013) y en los cambios que ya van aflorando en las autorizaciones (o, más bien, “comunicaciones” según la nueva terminología) de productores de residuos.

Además, estamos trabajando intensamente, ya les hemos e iremos contando, en el “soufflé” que sobre la Responsabilidad Ambiental se ha organizado en España, en las adaptaciones de la Directiva de Emisiones Industriales y el nuevo carácter de los BREF, en la normativa de Comercio de Derechos de Emisión, ¡ah! y en suelos contaminados.

Como ven, temas en materia de Medio Ambiente, tenemos. 

En la próxima entrada, hablaremos de la programación en Seguridad Industrial (hay cambios, novedades y expectativas, unas interesantes, otras preocupantes, en autoprotección, Seveso y APQs, para empezar), más adelante hablaremos de Seguridad Laboral, sobre todo de procedimientos de coordinación de actividades empresariales, de Tutela de Producto, por supuesto, de REACH y CLP… y para empezar con marcha convocaremos en octubre un seminario sobre marcado CE de materiales de construcción y hablaremos de Transporte de Mercancías Peligrosas y de Comunicación… y del Convenio, claro.

No nos vamos a aburrir, eso seguro… por cierto, si tienen alguna sugerencia, siempre estamos abiertos, creo ya lo saben.

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martes, 4 de septiembre de 2012

¿Tan "malos" son "nuestros" políticos?


En la última entrada  les planteaba un dilema que pudo haberle surgido a un político cualquiera, en un municipio cualquiera hace escasamente cuatro años. Muchos de ustedes me han preguntado cuál es el final de la historia, qué decidió el alcalde y, en realidad, la historia no tiene final.

Es esta una historia ficticia aunque basada en la cruda realidad. Los políticos de entonces, que son básicamente los mismos de ahora, optaron masivamente por el camino fácil, por el relumbrón cortoplacista... optaron por asegurarse la reelección en cuatro años y no pensar en nada más.

Es posible que muchos de aquellos cargos públicos ni siquiera llegarán a tener ningún dilema... “la gente quiere polideportivo, aeropuerto, estación del AVE o puente de Calatrava... pues démosles lo que quieren". En el fondo, los ciudadanos somos niños mimados, no aceptamos responsabilidades ni obligaciones, queremos todos los caprichos y los queremos rápido y no somos capaces de aceptar que las cosas cuestan un esfuerzo.

Los ciudadanos de aquel pueblo debían aceptar que un pueblo con ese número de habitantes no podía permitirse un polideportivo más grande y el alcalde debía haberles explicado que si no conseguían atraer más habitantes al pueblo con, por ejemplo, el polígono industrial, nunca podrían hacerlo. Pero claro,  decirle a la gente lo que no quiere escuchar suele ser muy duro.

Un "político bueno" debe ser un buen líder. Líder, no en el sentido mesíanico de la palabra tradicional en la política, más bien en el sentido que solemos usarla en el mundo de la empresa, alguien que recibe la confianza de su grupo, que trata con respeto a todos y que les dice siempre la verdad, por fea que esta sea. Alguien capaz de hacer que cada uno de lo mejor de sí mismo en beneficio de la comunidad. Y, sobre todo, alguien con visión de futuro y que sea capaz de transmitir esa visión al grupo: ¿Traemos una carrera de la Fórmula-1 a la comunidad autónoma o construimos tres parque tecnológicos con sendos viveros de empresas en colaboración con la universidad en áreas científico-tecnológicas con ayudas potentes para emprendedores y un servicio para la obtención (y defensa, sostenida en el tiempo) de patentes europeas?...la Fórmula-1 asegura titulares de periódico días y días durante meses, lo otro asegura empleo para cientos de personas durante años y, escasamente, una columnita en el área de economía de algún periódico despistado... ser capaz de tomar la decisión correcta y, especialmente, convencer a los ciudadanos de que es la correcta, es tener visión.

En este punto del discurso surge siempre el tópico de estos tiempos... "es que los políticos son muy malos". Maticemos: como en todo colectivo, hay de todo. Hay políticos magníficos y políticos malísimos, hay políticos muy honrados y chorizos con diploma... los políticos no son una raza marciana son un extracto de la sociedad en la que viven y de la que surgen, ni más ni menos. Conozco muchos funcionarios excelentes, comprometidos y trabajadores, conozco liberados sindicales que trabajan de sol a sol con el único afán de defender los derechos e intereses de sus compañeros, conozco empresarios, la mayoría de ellos en realidad, que respetan las leyes al milímetro y que se desviven por no tener que prescindir de uno solo de sus trabajadores. Hay de todo en todas partes, no se dejen engañar por el tópico.

De todas maneras, en esta sociedad nuestra es muy difícil ser político. Sí, no me miren así, es muy difícil. Un "político" es, al fin y al cabo, alguien que se presenta para ser elegido por un colectivo al que pertenece para gestionar un bien común. El concejal de pueblo que, por supuesto no cobra más que una exigua dieta por acudir a los plenos (a veces ni eso) y que saca tiempo de donde puede para organizar las fiestas o gestionar el arreglo de la acometida de aguas, también es "político" y también lo somos, en cierta medida, los que nos hemos presentado voluntarios alguna vez para gestionar la comunidad de vecinos, o para ser vocales de la junta del centro social del barrio, o del club de las piscinas de la urbanización, o del AMPA del colegio... ¿Se han presentado alguna vez?... ¿no se han dado cuenta de que, en las reuniones de las asambleas los voluntarios no suelen abundar, más bien todo lo contrario, que cuando alguno se presenta el colectivo tiende a mirarlo con sospecha y que, por supuesto, es objeto de las más despiadadas críticas en cuanto toma la primera decisión?... pues esta es la sociedad que tenemos.

Es básicamente por eso que la reacción lógica en la sociedad en la que vivimos ante el dilema que se planteaba en la entrada anterior es el comentario que aportó Jon: "Yo sin duda dejaría el cargo y solicitaría un puesto de mantenimiento, bien en el complejo polideportivo, bien en la empresa de aerogeneradores." El "sentimiento social" que tenemos es que, si de verdad eres un tipo honrado, si no está ahí para "forrarte", si no tienes ningún interés personal, ¿qué haces "metido" en algo tan sucio como la política?

Hace ya algún tiempo, un Viceconsejero de Medio Ambiente del Gobierno Vasco me contaba que una asociación ecologista, en la primera reunión en la que estrenaba cargo, en su primera semana en Lakua, le dijo que le iban a interponer una querella criminal... "Aún no me ha dado tiempo a hacer nada, ni bueno ni malo... y ya me dicen que me van a poner una querella"... y claro, alguno de ustedes estará pensando... "Bueno, para eso les pagamos".

Pues... sí y no.. que todo debe tener un límite. Pero es verdad que hay que diferenciar y acotar. Si nos limitamos a mirar a los profesionales de la política, a aquellos que por su nivel de responsabilidad y dedicación tienen que ocupar su jornada de trabajo completa... pues, una vez más hay de todo, como en todas partes, pero me voy a atrever a contradecir una corriente de opinión bastante generalizada: la remuneración económica de las personas que ocupan cargos públicos no sólo debe ser digna, debe ser competitiva... ¿quién queremos que sea el Director o Directora de I+D+i de nuestra comunidad autónoma? necesitamos a alguien que, además de la satisfacción por ayudar  a su comunidad y por la satisfacción personal que eso le reporta, debe poder pagarse la hipoteca con su remuneración... y no sólo eso, debe ser alguien al que las empresas privadas, con mayor capacidad de remunerar a sus gestores, estén deseando contratar por lo buen gestor que es. Al menos a mí me gustaría que así fuera.

Pero, abundando en el argumento (y es aquí donde ustedes comenzarán a lanzarme los tomates...) dado que vía presupuesto, en salario contante y sonante, la Administración Pública tiene escasa capacidad de competir con la empresa privada, me parece una buena idea privilegiar las cotizaciones a la Seguridad Social de los cargos públicos, de forma que un muy competente y escrupulosamente honrado profesional se plantee seriamente dejar una empresa privada y gestionar el fomento de la I+D+i, la Educación, la Sanidad o el fomento de la Internacionalización de nuestra industria.

En fin, se ha acabado el verano y se han acabado, al menos por ahora, los "off-topics". A partir de la próxima entrada hablaremos de Seveso III, de REACH, de CLP, de Responsabilidad Ambiental y todas esas cosas por las que ustedes leen este modesto blog... aunque me temo que alguna alusión a las elecciones del 21 de octubre tendremos que hacer. Ya les contaré.

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