viernes, 21 de febrero de 2014

De los malos de película infantil y la innovación



 Hace 15 días, más o menos, en un sábado que llovía, mi familia y yo fuimos al cine, como tantas veces, a ver una película para niños.

No es que sea un gran aficionado al cine infantil. Voy con cierta frecuencia, claro, pero suelo ir más bien por razones obvias. Aún así, confieso que me gustan y disfruto de las buenas películas para niños. Lloré con los primeros 10 minutos de "Up!", me emocioné con "Toy Story 3", me reí muy a gusto con "Cars" o con "Shrek".

Pero, en los últimos tiempos percibo una tendencia preocupante en el cine infantil, especialmente en el de mayor consumo, el norteamericano, que me preocupa mucho.

Como les decía, hace 15 días, más o menos, llovía y falta de un plan mejor nos acercamos al cine a ver "La Lego Película" (The Lego Movie).

Yo iba positivamente predispuesto. De niño, fui un gran fan de los juegos de construcciones, del Lego, del Mecano o del Tente. Y aunque la película no está hecha, como yo en un principio pensaba, con figuras de Lego movidas fotograma a fotograma, es una película de dibujos animados en la que las personajes y los escenarios imitan las figuras de Lego, tenía todas mis simpatías.

Pero, al poco de empezar, llegó la primera decepción. El malo de la película, llamado "Mega-presi", es presidente y dictador del mundo-Lego en el que se desenvuelve la película... y de una corporación mercantil. Parece que para los guionistas de la película ser un dictador caprichoso y homicida no era ser suficientemente "malo", para ser un "malo" de verdad, un malo con carnet certificado, necesitábamos que hubiera una corporación, a ser posible multinacional claro, para que nos creyéramos de verdad lo malo que es. Y el caso es que durante la película, todas las maldades que lleva a cabo son maldades de dictador y casi nos olvidamos de su condición de CEO corporativo.

Pero digo que es tendencia porque las penúltima película infantil que he visto en el cine fue "Lluvia de Albóndigas 2" ("Cloudy with a Chance of Meatballs 2") y esa me preocupó aún más. La primera parte me pareció curiosa, con un punto surrealista que los niños obviamente no perciben, pero que resultaba muy interesante.

Pero el mensaje que subyace en la segunda parte me resultó demoledor. Llegado el momento, los protagonistas tienen que enfrentarse a los intereses de una corporación de perfil tecnológico e innovador y a su malvado creador, emprendedor tecnológico y CEO... Es decir, contra una de esas empresas que tanto necesitamos en nuestra sociedad.

¿Qué impresión sacarán nuestros hijos de todos estos mensajes?... ¿que ser emprendedor y crear una empresa te convierte en "malo" y que ser artista, deportista o militante de una ONG te convierte, automáticamente, en "bueno"?.... por nuestro bien, espero que no.

A pesar de la decepción inicial, "La Lego Película" enmendó su mensaje. Y es que las pretensiones del malvado Mega-Presi se centraban en que todos y todo siguiera siempre los planes, congelar la perfección, impedir los cambios.... detener la creatividad. Mega-Presi quería destruir, precisamente, la esencia misma, el espíritu de Lego: la innovación.

Esta mañana, en la presentación del programa AMP que organizan en Bilbao, a medias entre el Instituto de Empresa (IE Business School) y CEBEK, Manuel Bermejo ha dicho una frase que, de tan certera, una vez que la oyes suena ya obvia: "Las empresas que sobreviven son aquellas en las que sus líderes nunca dejan de emprender", y es que, en el fondo, innovar es emprender.

En AVEQ-KIMIKA, en nuestra modestia lo intentamos día tras día. Todas las personas que trabajan conmigo, que me soportan en el trabajo, lo saben y, en cierta medida, lo sufren.... en todo proceso de cambio, en todo proyecto que iniciamos, llega un momento en el que decimos: "Vale, ya está perfecto. ¿Cómo lo mejoramos?"...  y nos ponemos a ello.

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