viernes, 28 de noviembre de 2008

Información pública e industria


Abraham Lincoln dijo una vez "You can fool all the people some of the time, and some of the people all the time, but you cannot fool all the people all the time" (Puedes engañar a todo el mundo durante algún tiempo, y a algunos durante todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo). Y Lincoln murió en 1865 cuando todavía no había radio, ni televisión, ni Internet....

En ámbito de comunicación industrial es evidente que la transparencia es el futuro. No hay otro remedio. Todavía quedan gerentes, sobre todo en empresas pequeñas y medianas, que me dicen: “Yo cumplo la ley estrictamente. Las autoridades tienen las puertas abiertas y pueden revisar debajo de las alfombras cuanto quieran... pero no tengo por qué contarle nada a nadie. Al público no le interesa lo que aquí hacemos.....”

Pero a esa forma de pensar le quedan días contados, y son muy pocos. Los principio en los que se basa el Convenio de Aarhus, base de las Directivas 2003/4/CE y 2003/35/CE y de la Ley 27/2006, de 18 de julio, por la que se regulan los derechos de acceso a la información, de participación pública y de acceso a la justicia en materia de medio ambiente son indiscutibles: el medio ambiente es propiedad de todos y cada uno de los ciudadanos y todos tienen derecho a saber qué y cómo afectan a nuestra propiedad las actividades de terceros, de empresas privadas o de la administración pública.

Si las empresas están obligadas a facilitar información sobre cómo afectan sus actividades al medio ambiente y el público recibe únicamente esa información, la imagen que la sociedad tendrá de la empresa será siempre negativa y no debemos desdeñar los efecto prácticos que una imagen negativa tiene sobre el futuro de una actividad industrial.....

La única gestión posible de ese reto es ofrecer a la sociedad una información completa y veraz de la actividad de la empresa: la calidad de vida que generan sus productos, empleo estable y de calidad, riqueza, aportación a la sociedad (fiscal y de cualquier tipo), gestión ética y transparente... la comunicación activa es la única respuesta.

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que Luis acierta plenamente en poner el énfasis en la comunicación activa. Y es igualmente cierto que es un concepto que en ocasiones no resulta fácil de comprender a las empresas industriales.

Sin embargo, las ventajas comparativas y estratégicas que ofrece una política de comunicación activa (por ejemplo online) son tales que no cabe duda que ésa es la dirección hacia la que debemos tender.

En todo caso, queda claro cada empresa debe determinar el nivel de transparencia óptimo dadas la situación específica en la que se encuentra.

Gracias Luis por esta contribución tan acertada.

AVEQ-KIMIKA dijo...

Muchas gracias, Oscar por el comentario.

Hemos avanzando mucho, muchísimo, en materia de comunicación en la industria y creo, con inmodestia, que en la química llevamos cierta ventaja.

Los gestores de la empresas tienen que ser conscientes de un factor que, si bien siempre ha sido importante, en la era de Internet es absolutamente vital: llevar la iniciativa.

Y no se trata de gastar inmensas cantidades de dinero en campañas publicitarias, sino de dedicar algo de tiempo a una planificación correcta: cuáles son mis mensajes, que ideas-fuera quiero transmitir, cuál es mi público, cuáles son los objetivos de mi política de comunicación...

No es tan complicado. Es a lo que la industria está más que acostumbrada: planificar, depregar, comprobar y ajustar.... pero en comunicación.