miércoles, 4 de marzo de 2009

Qué pocos alumnos quieren estudiar química...


Foto cortesía de Malaria No More http://www.malarianomore.org/

El otro día hablaba con Pascual Román sobre un tema que nos preocupa mucho a ambos y que debería preocupar a la sociedad y a los responsables políticos. Pascual es un sabio. Un químico vocacional, un heterodoxo maestro de químicos que disfruta enseñando y explicando y con el que, cada conversación, cada charla, es una expedición por los misterios de la ciencia y de la historia de la ciencia.

Charlábamos Pascual y yo de la evidente crisis de vocaciones científicas y más concretamente del descenso en las matriculaciones en la licenciatura en ciencias químicas que hace peligrar la titulación en la Universidad del País Vasco.

En la recién terminada campaña electoral todos las partidos (parece que en algo al menos todos estamos de acuerdo) han hecho énfasis en la necesidad de promover la ciencia y la investigación, la llamada tercera transformación de la economía vasca en la que la capacidad de generar empleo y riqueza estaría basada en la innovación y en los avances que la ciencia aporte.

No creo que sea necesario dar detalles de la importancia central y básica de la química en la investigación. No nos engañemos, todas las ciencias experimentales, todas, necesitan de la química para avanzar: electrónica, farmacia, medicina, biotecnolgía, nanotecnología, ecología, energía y por supuesto prácticamente todo el desarrollo industrial necesitan de las aportaciones de la química... Y de los químicos.

¿Cómo vamos a realizar esa segunda transformación si nos falla la cantera?, ¿quién va a investigar en Euskadi?.

Además del descenso en la natalidad, como siempre en materias sociológicas las causas son complejas, en un diagnóstico apresurado, podríamos citar algunas: el continuado recorte de los contenidos y horas de dedicación a las ciencias en la enseñanza secundaria. A pesar del esfuerzo y maestría de muchos profesores de colegios e institutos, muchos de los alumnos no llegan a entender las materias y sin entenderlas, difícilmente pueden llegar a gustarles. Eso alumnos, a la hora de elegir itinerarios, elegirán opciones más humanas, menos abstractas, en los itinerarios de letras.

Desde mi particular punto de vista, este es el verdadero problema que las sucesivas reformas educativas no han hecho sino empeorar. Mientras tanto la prensa ha estado debatiendo sobre la obligatoriedad de la religión y sobre la objeción de conciencia a la asignatura de Educación para la Ciudadanía... que no es que a mí me parezca mal que se debata sobre ello, los valores son importantes... pero... ¿ni una línea sobre el futuro de la ciencia y de la investigación?, ¿ni una línea?...

Hay otra causa más profunda que afecta a la química particularmente, aún más difícil de arreglar que el tema educativo, es mucho más compleja de explicar. La sociedad, la opinión pública en general, tiende a identificar la química con aspectos negativos, como algo sencillamente "malo".

Si la opinión pública (y la opinión "publicada") suele ser injusta, es esta una cuestión verdaderamente sangrante. Las mismas personas que nos beneficiamos en casi cada momento de la vida de las ventajas y beneficios que nos reporta la química, sin ser (o sin querer ser) del todo conscientes de ello, la identificamos como algo negativo.

Pensamos, con muy poco recorrido, "lo natural es bueno y lo artificial es malo". Así nos lo vende la publicidad y así lo compramos.

Bueno, pues yo sinceramente pienso que una sociedad adulta, formada por personas adultas, no puede vivir engañada para siempre, que debemos ser conscientes que "lo natural" para la especie humana es tener una esperanza de vida de 30 años. Que para la especie humana "lo natural" es ver morir a 3 de cada 5 niño antes de llegar a ser adultos. Que tan "natural", tanto derecho a existir como especie en beneficio de la biodiversidad tienen los mosquitos que transmiten la malaria, que en mata 3.000 niños cada día en África o las langostas que condenan al hambre al Sahel africano como el lince ibérico o el oso panda.

¿Qué diferencia el mosquito (o incluso en propio parásito que el mosquito transmite) del lince ibérico? No es que el mosquito sea "malo" y el lince "bueno" es, solamente, nuestra relación como especie. Los seres humanos deberíamos asumirlo de una vez:. Necesitamos que nos protejan de "lo natural" y nuestra única protección es la ciencia. Nuestro escudo, lo que protege a nuestros hijos, es la química.

Necesitamos químicos para curar la malaria.... ¿nadie se apunta?


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