lunes, 23 de marzo de 2009

Marta no quiere hablar conmigo


He llamado por teléfono a Marta no menos de 5 veces en los últimos 3 meses. Y no he conseguido que se ponga (no sé si he traspasado ya la frontera del acoso...). Pero, aunque las chicas en general nunca me han hecho mucho caso, Marta no me está evitando por los que ustedes piensan, y eso que es todo un partido...

Marta es una profesional de primera línea, es la responsable técnico de una empresa asociada, que es una forma de llamar al negociado de "marrones varios" de una fábrica pequeña: laboratorio cuando hace falta, calidad, medio ambiente, seguridad laboral y seguridad industrial, transporte de mercancías peligrosas, asistencia técnica al cliente, ser la conciencia de toda la fábrica y, si se tercia ya de paso, arreglar las impresoras, si se estropean... y, un día, pasaban por allí los papeles del decreto de la legionella y también debieron caer en su mesa... yo, la verdad, pensaba que era un tema para los de mantenimiento pero este marrón en concreto ha venido a caer en los de siempre...

Supongo que Marta piensa que le llamo para darle trabajo, que en mi habitual labor de dar malas noticias voy a informarle de otro marrón. No me extraña que me evite, cada vez que le llega uno de mis email es para avisarle que va a tener más trabajo y creo que ya no da más de sí. Gestiona los sistemas de calidad, medio ambiente y seguridad, las obligaciones derivadas de la IPPC, de la Directiva Seveso, de la Ley de Prevención, de la Ley de Residuos, de un ADR nuevo cada 2 años, del E-PRTR, de.... ¿sigo?.

Marta ha cambiado de dirección de email 5 veces en los últimos 7 años, sin haberse cambiado de escritorio. La fábrica donde trabaja es propiedad de una multinacional, como antes lo fue de otras 4, y en cada venta, en cada absorción, ha cambiado la nacionalidad de su jefe de área, de programa de RP y de sistema de reporte mensual.

La fábrica donde trabaja Marta es "un juguete", solía decir su antiguo director. Eficiente, versátil, adaptable, extremadamente limpia, tiene apenas 25 trabajadores en total, repartidos en 3 turnos y marcas estratosféricas en seguridad laboral. Sin embargo, cada nuevo Real Decreto, cada nueva encuesta con apercibimiento de sanción, cada nuevo "invento" de la Administración para "mejorar" el seguimiento y control de no sé que parámetros, cae como una losa sobre Marta, y sobre sus colegas de puesto en todas las fábricas de Euskadi, personas ya sobresaturadas de papeles (o de emails, que para el caso es lo mismo) y con muy pocas esperanzas de que la cosa mejore...

Ronda por ahí una encuesta (ya les voy a avisando), voluntaria eso sí, pero impulsada desde un ministerio, sobre las implicaciones económicas de la IPPC que tiene 23 páginas de cuestionario y 7 de instrucciones para rellenarlo... y luego se extrañarán de recibir pocas respuestas.

Se preguntarán ustedes, con bastante lógica, si la multinacional de Marta no debería dimensionar el departamento técnico conforme a sus obligaciones ambientales y de seguridad... pero la respuesta es bien sencilla: teniendo en cuenta que es una fábrica tan pequeña, el departamento está correctamente dimensionado para lo que es obligatorio (justo, no se vayan a creer, que en ningún sitio atan perros con longaniza...) para lo que no está preparado es para improvisaciones de la Administración, inventos y caprichos burocráticos.

Mientras tanto, los responsables técnicos de las empresas IPPC del País Vasco, convertidos en “super-personas” (nótese el término políticamente correcto) siguen sacando adelante el día a día de sus instalaciones, velando por el cumplimiento de la normativa de sus fábricas y pensando que lo único que piden es que, cuando la Administración se invente algo para darles más trabajo, al menos lo pida con amabilidad y con un “por favor”, porque, en muchas ocasiones, hacerlo o no hacerlo no es una cuestión de coste para la empresa (a Marta no le van a pagar más por dar cumplimiento al trámite en cuestión) en muchas ocasiones es solamente cuestión de horas que se restan de jugar con los hijos, de ir al gimnasio, de pasear por el monte o de clases de tai-chi.

Marta, mujer, llámame que sólo quería hablar contigo para felicitarte el año nuevo.


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5 comentarios:

Anónimo dijo...

Pobre Marta... hay que ver qué razón tienes, y encima los "inventos" de la Administración cada vez son más retorcidos, y ni siquiera la propia Administración tiene los medios suficientes para hacer un seguimiento a todo ese papeleo. A los Responsables Técnicos (Medio Ambiente, Seguridad, etc.) cada vez se nos pone más cuesta arriba trasladar al resto de la empresa todos esos requisitos legales.

ALyCie dijo...

Me llamo José Luis, pero podría llamarme María. Ella tiene la suerte de tenerte a ti que le escribes emails.
En mi caso, ademas de Calidad y Seguridad Alimentaria, Seguridad y Salud, Medio Ambiente y Seguridad Química, Atmósferas Explosivas, Transporte ADR y ATP, también me cae la Responsabilidad Social Corporativa, y los Asuntos Legales y Científicos, de ahí mi mote ALyCie.
¡Saludos!

Anónimo dijo...

Y yo que pensaba que era un bicho raro!!!! Ánimo Marta!! A mi un día me llamaron porqué entró un perro en la fábrica y no sabían a quién avisar!!!!!

Anónimo dijo...

No se si por mi nombre, por mi formacion o por mi pertenencia a algun que otro departamento medioambiental , me ha parecido una critica genial y realista ;)

Joan V. Duran dijo...

Buenos días,
Leo con 10 años de retraso este artículo que es más actual que nunca. Se habla mucho de PYMES y de multinacionales, y no oigo hablar de una de las situaciones más complejas, la de filial de multinacional integrada en una estructura matricial. Todos los números para volverse loco. Tu tienes todas las obligaciones de una gran multinacional, pero los gastos fijos o el presupuesto de una PYME. La cuadratura del círculo.
Afortunadamente, terminé mi carrera bastante cuerdo... o eso creo.