lunes, 7 de septiembre de 2009
La complicada didáctica medioambiental
(Del Deia del sábado, 5 de septiembre)
SERÁ casualidad, pero las grandes aportaciones al pensamiento político y social parecen coincidir con los finales de siglo. Muy probablemente, habrá quien no esté de acuerdo, claro, pero su importancia histórica es difícil negarla, la gran aportación al pensamiento político y social del último tercio del siglo XIX fue el nacimiento del movimiento obrero. El Manifiesto Comunista de Karl Marx y Friedrich Engels, se publicó en Londres, en febrero de 1848. La implantación y desarrollo de las ideas que exponía culminaría en la revolución de octubre de 1917 en Rusia.
El final del siglo XX, en los aspectos sociales y políticos, estará para siempre marcado por el nacimiento del movimiento ecologista, salvando las distancias, desde la publicación en 1962 del libro Primavera Silenciosa de Rachel Carson, hasta su culminación como conciencia global en la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en 1992.
El ecologismo es, sin duda, uno de los grandes avances políticos que ha experimentado la sociedad occidental y la de casi todo el mundo. El desarrollismo a ultranza de otras décadas, en el que lo único que se tenía en cuenta eran las cifras de producción, los resultados de las empresas, los puestos de trabajo creados, la renta generada, las cifras económicas en definitiva, ha quedado atrás. Gracias a la concienciación ecologista de la sociedad hoy día, antes de cualquier inversión industrial se valora con especial precaución la seguridad, las emisiones, los efluentes líquidos, los residuos que se puedan generar y un largo etcétera de variables consideradas en épocas pasadas como elementos externos a la propia inversión y que son, sin duda, elementos esenciales en el planteamiento de una actividad.
Pero en la defensa de cualquier ideal político no todo vale. Cuando éramos pequeños, a mis hermanos y a mí, mi padre siempre nos decía que se podía tener la razón y perderla... con el uso de la violencia, con la intolerancia, con la intransigencia... Con la mentira, también se pierde la razón. Pues bien, el movimiento ecologista, en sus versiones más radicales, parece segur un camino, quizás efectivo para perseguir un fin último beneficioso, pero éticamente muy cuestionable, por el cual se dirige a la opinión pública como si se tratara de una clase de niños de pre-escolar; una versión del tradicional ¡Que viene el coco!, adornada con errores de bulto, fácilmente contrastables, cuando no directamente con mentiras.
Allá por principios de 2004, el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno Vasco, presentó en rueda de prensa la página web EPER-Euskadi (http://www.eper-euskadi.net). En ella, se volcaban los datos aportados voluntariamente por más de 200 empresas industriales de la Comunidad Autónoma Vasca que, como es tradicional en nuestra comunidad, iba mucho más allá de lo dispuesto en la Decisión EPER (European Pollutant Emission Register) de la Unión Europea en la que se basaba la iniciativa. Cada año esos datos son actualizados.
EPER, y su sustituto actualmente en vigor, el Reglamento E-PRTR, que amplia los controles y que incluye datos sobre residuos sólidos, no marcan "límites legales" como algunos han afirmado equivocadamente, sencillamente determinan el umbral a partir del cual el dato en concreto será publicado en la página web que creó al efecto la Unión Europea: (http://eper.ec.europa.eu). Si nos fijamos en las empresas que aparecen en una y otra página, solamente constan en la página europea aquellas empresas que superan los umbrales de información.
En la página web de la Unión Europea aparecen los datos de cerca de 12.000 empresas de los 25 países de la Unión... ¿12.000 empresas que incumplen límites legales? ¿Más de 3.500 en Alemania y casi 400 en Dinamarca? Entenderán que eso no es posible.
El Departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco presume, con cierta razón, de ser una de las Administraciones Públicas que aplica con más rigor la legislación ambiental más rigurosa del mundo. En esa política se incluyó en su momento la decisión de publicar todos los datos de todas las empresas, tuvieran o no obligación de hacerlo conforme al Reglamento Europeo.
En su momento, tras la rueda de prensa de 2004, la industria expresó a los responsables del Departamento nuestras dudas sobre cómo entendería la opinión pública la sutil distinción entre "umbrales de información" y "límites legales". Los titulares de prensa que suceden a cada nueva edición de los datos, año tras año, nos dan la razón.
Aquel día, Iñaki Ezkurra, por entonces Viceconsejero de Medio Ambiente, me dijo una frase que se me quedó grabada en la memoria: "...es este un tema de didáctica complicada". Tenía toda la razón. Y como tal todos los agentes implicados en la defensa del Desarrollo Sostenible deberíamos esforzarnos un poco en explicarlo bien a los ciudadanos. Todos: industria, administración y ecologistas, especialmente si tienen formación jurídica y el valor de publicar artículos en prensa sobre temas en los que se reconocen "profanos".
* Abogado y Secretario General de AVEQ-KIMIKA
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4 comentarios:
Bueno, al menos han publicado la respuesta de AVEQ.KIMIKA, a lo mejor alguno de los que ha leído la primera notícia lee la respuesta, aunque lo dudo. http://www.deia.com/es/impresa/2009/09/05/bizkaia/iritzia/593094.php
y para los que no frecuentamos el Deia, cuál fue la noticia?
Bueno, es posible que haya sido demasiado sutil:
El sábado 29 de agosto, en la sección "Tribuna Abierta" Deia publicó este artículo e, titulado "Recorrido por la ilegalidad y la impunidad medioambiental", en el que un abogado hablaba sobre el E-PRTR.
Esta es la respuesta que mandamos desde AVEQ-KIMIKA al Deia.
Un saludo
Por encima de la crítica que Carlos Alonso hace sobre el traído y llevado Informe, me tomo la libertad de criticar al criticando por expresiones como: "Yo, que soy profano (y además no tengo mucho tiempo) me he tomado la molestia de echar una rápida ojeada, que no llega a un estudio exhaustivo", e "Insisto, no se trata de un estudio exhaustivo, pero espero que a los lectores les haya servido para enterarse algo mejor sobre lo que está pasando". Lamento, como hace Antonio Muñoz Molina (espero no equivocarme en la cita), que prime hoy en día la cultura del "viene a decir que", consistente en hacer una lectura en diagonal, rápida, un análisis somero que casi ni se puede llamar análisis de un documento. Con estas premisas es formalmente imposible aclarar los conceptos que encierra el Informe a otra persona.
Yo mismo lo he hecho: leer algo rápidamente y dármelas de entendido: "Esto viene a decir que..." para luego pedir disculpas por no haberlo leído con cuidado. Confío en que Carlos vuelva a leer detenidamente el Informe y pueda, de verdad, ayudar a enterarse de algo a los lectores.
Pedro Roselló Vilarroig
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