viernes, 20 de noviembre de 2009

Deberíamos cuidar más a nuestros “profes” de química

(La foto es cortesía de Google Street View)


El pasado lunes por la tarde, de siete a ocho y diez (me pasé un poco del tiempo, lo cual me da bastante rabia...), hice una parte de mi trabajo que me gusta tanto, que hasta pagaría por hacerlo... Bueno, es posible que me haya pasado un poco, pero vamos, que me gusta mucho.

Hace ya un montón de años, de la mano de Dow Chemical, trajimos a Euskadi un proyecto educativo genialmente innovador (o "innovadoramente genial") que desarrollaba en Tarragona, de la mano de AEQT, la Universitat Rovira i Virgili.

Ya les he hablado alguna vez del proyecto APQUA (Aprendizaje de los Productos Químicos sus Usos y Aplicaciones) una forma de enseñar ciencias a los chicos y chicas de entre los últimos cursos de primaria y los 18 años, que en lugar de impartir doctrina, da herramientas para pensar, en lugar de inculcar axiomas plantea preguntas para que los alumnos respondan. Mediante la experimentación práctica y el debate, provoca que los alumnos disfruten de la ciencias, disfruten investigando y aprendiendo, ayuda a comprender la ciencia fomentando con ello las vocaciones científicas.

Además, APQUA tiene una ventaja adicional respecto a otras experiencias innovadoras en educación. Los temas no se eligen al azar. La concepción y el diseño del contenido están celosamente cuidados para ajustarse a los currículums obligatorios de cada curso de manera que, el uso de los módulos, no entorpezca el avance en el programa oficial que los profesores están obligados a impartir como mínimo.

Contando con el apoyo económico específico de Petronor, Arkema Química, Bilbaína de Alquitranes, Atotech y el propio Dow Chemical, para desarrollar el programa la dinámica lógica es formar a los profesores con las herramientas que dispone para ello el Departamento de Educación, entregarles material y que sean ellos los que experimenten con sus respectivas clases .

Así, al menos una vez al año por esta época, Carles Lozano, de la Universidad Rovira i Virgil, con la inestimable colaboración de Elvira González, Luis Zaballos y Jon Landabidea como agentes sobre el terreno, se acerca a Euskadi desde Tarragona e imparte un curso presencial e intensivo para profesores de ciencias de enseñanza pública o concertada que voluntariamente se hayan apuntado.

Transcurridos unos meses, allá por mayo, Carles regresa y se realiza una sesión de evaluación de la experiencia, puesta en común y problemas detectados... la verdad es que en general los profesores que la utilizan se muestran encantados de los resultados... es un programa de éxito.

En cada edición tenemos problemas de plazas. En cada edición, profesores que empiezan su jornada a las 8 de la mañana lidiando con un aguerrido grupo de adolescentes, aún tienen ánimo para desplazarse a Bilbao cuatro días de una semana, de 4 a 8 de la tarde (más la propina que les dispensa algún ponente pesado como yo) y volver a Ondarroa, Oiartzun o Laguardia, con la cena por hacer y las clases del día siguiente por preparar.

Profesionales que destruyen, uno por uno, todos los tópicos del funcionariado, todos los tópicos del profesor de secundaria: motivados, innovadores, activos hasta la extenuación, impulsores del cambio, dispuestos a sacrificar sus horas personales por mejorar...

Pues a ese público me dirigí yo ayer durante una hora, en la que, además de contarles algún que otro chiste, me dediqué a explicar a qué se dedica la industria química en Bizkaia y en Euskadi. Cada vez que me he enfrentado a un grupo aprendo cosas nuevas y cada vez me gusta más ir a contarles qué se hace en una fábrica y para que sirve.

Siempre digo que si yo me decanté por las letras fue porque en 2º de BUP no entendí qué rayos era eso de la química y la física... es muy posible que, si en aquella época me hubiera encontrado con uno de los profesores con los que coincidí el lunes en el curso de APQUA sobre Sostenibilidad, hoy llevaría bata y andaría cacharreando en el laboratorio de alguna de sus fábricas.

No sé si sería mejor o peor (no me atrevo a valorarlo), pero en cualquier caso, la sociedad, la Sostenibilidad y el futuro necesitan una abundante cantera de técnicos, de científicos e investigadores... en ello están los profes y en ello intentamos echarles una mano.

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