viernes, 11 de abril de 2014

Voy a quitarme del Facebook




Pues sí, estoy pensando muy seriamente en quitarme del Facebook. Es que.... ¡me llevo unos sofocos!

Todos ustedes, que ya me conocen por culpa de las batallitas que les cuento por aquí cada semana, saben lo mucho que me gusta un buen debate, polemizar. Disfruto mucho hablando con gente inteligente, que piensa y que tiene ideas distintas a las mías y es capaz de defenderlas.

Tampoco soy un bocazas, no me entiendan mal, y no me dedico a llevarle la contraria sistemáticamente a todo el mundo pero, de verdad, un debate interesante, si es posible con un café o una caña de por medio de vez en cuando, resulta muy gratificante.

Es por ello, que en Facebook reconozco haber pasado algunos buenos ratos. Gracias a Facebook mantengo contacto con viejos amigos de la infancia, con los que me crié, en el mismo barrio y en el mismo colegio, y con los que converso, de vez en cuando, con cualquier excusa, alrededor de una noticia enlazada por alguno de ellos.

Últimamente el problema es que ando liado. Estoy llegando a la Semana Santa con la lengua fuera, en un sprint que, mucho me temo, retomaremos en el mismo punto en el que lo hemos dejado a la vuelta, con las mismas ganas de hacer cosas y con los mismos, escasos, recursos para llevarlas a cabo.

Y ese es mi problema con el Facebook. Entras a mediodía, un momento, mientras esperas la cola del súper, para pagar las manzanas y el bol de ensalada que vas a comer delante del ordenador, terminando un apasionante informe sobre la aplicación práctica de los criterios para la determinación del "fin de la condición de residuo" que recoge el artículo 6 de la Directiva Marco de Residuos y ves que una amiga, por lo demás persona a la que aprecias y respetas, reconocida profesional en su campo, de notable inteligencia y cultura, sube el vídeo que preside esta entrada, quimifóbico y tramposo, e inevitablemente piensas: "¿Entro al trapo?"...

Vuelves al despacho, abres el ordenador de nuevo, vuelves al informe y a barruntar qué demonios quiere decir exactamente la Directiva cuando pone que "el uso de la sustancia u objeto resultante no genere impactos adversos para el medio ambiente o la salud", (¿cómo?, ¿ningún impacto?, ¿cero absoluto?).... pero el runrún del vídeo y de los comentarios que la comunidad va introduciendo a la publicación no te deja concentrarte y vuelves a pensar: "¿Entro al trapo?"...

Recibes una visita, para hablar de un proyecto muy interesante de una empresa asociada que, con excelente criterio quiere tener perfectamente claros sus obligaciones legales y administrativas derivadas de los aspectos de seguridad y medio ambiente antes de comprometerse en el mismo y, a pesar de que te concentras en la visita y en el proyecto, de vez en cuando se te cuela, en una esquina de la mente, el dichoso vídeo de las patatas y vuelves a pensar: "¿Entro al trapo?"...

Termina la jornada. La visita se ha alargado más de lo esperado y se ha hecho bastante tarde. Ha sido una reunión fructífera y muy interesante de la que, estoy convencido, el cliente se ha ido satisfecho y antes de recoger, cargar el ordenador en la mochila y marcharse para el metro, entras un momento en Facebook a ver cómo va la cosa y contemplas, con cierto asombro, que un miembro de la comunidad, "amigo" de tu amiga, sube un comentario y un enlace a esta noticia, explicando el mal uso de los alimentos y cómo "las multinacionales nos envenenan mientras hay gente que se muere de hambre":


Y, claro, haces lo que en Internet se llama un "Facepalm":




Cierro el ordenador y procuras olvidarte del asunto pero no puedes evitar pensar "¿Todos los seres humanos queremos, con la misma intensidad, una cosa y justo la contraria y lo decimos infantil y abiertamente, sin reflexionar un momento sobre el asunto, o es solamente algo que sucede en el Facebook?"... y no dices nada porque no quieres que la gente te coja manía y diga que eres un pedante..... porque lo de "estás al servicio de las multinacionales" ya lo tienes asumido....

La comida orgánica, la comida ecológica, es un lujo que nos podemos permitir en occidente. Las cosechas "orgánicas" rinden mucho menos, están más expuestas a enfermedades, hongos y plagas y la ausencia de preservadores como el clorprofam hace que mucha menos cantidad de alimentos lleguen en buenas condiciones al mercado, elevando su precio.

Yo soy cliente de alimentos orgánicos. De vez en cuando me doy el lujo y me gasto un poco más en comprarme unos tomates o unas zanahorias, que tienen más sabor que los "normales". Un lujo que me permito de la misma manera que puedo hacer un esfuerzo y gastarme un dinero extra que he ido ahorrando para comprarle unos pendientes a mi mujer.

Pero, en fin, por lo menos el joyero, cuando fabrica y me vende el anillo no me da lecciones y me echa la bronca por no comprar joyería todos los días.


Volver a: www.aveq-kimika.es


El clorprofam es un anti-germinativo de muy bajo nivel de toxicidad. Se utiliza para, efectivamente, conseguir que las patatas y otros tuberculos y semillas no germinen en el tiempo que pasa desde su recolección a su consumo lo que haría que no fueran comestibles.

Está regulado y autorizado específicamente por la Directiva 2004/20/CE, en el marco de la Directiva 91/141/CEE de fitosanitarios y las cantidades de producto que pueden llegar a los consumidores están estrictamente reguladas y controladas por las autoridades sanitarias.

Ha sido investigado a fondo para comprobar sus posibles efectos carcinogénicos y, como todas las sustancias que son objeto de investigación, hasta su exclusión definitiva en dichos ensayos (situación a la que muy pocas sustancias han llegado) está clasificado por la IARC como: Grupo 3: No clasificable como carcinogénico para los humanos.

Gracias al cloroprofam grandes cantidades de comida no se tienen que tirar por estropearse en su almacenamiento y transporte, abaratando su precio y reduciendo la huella ecológica de la producción de alimentos.

2 comentarios:

Juan dijo...

Pues no es pa quitarse del facebuk..no entres al trapo ante las mentirijillas presentadas por una niña adorable que lee los carteles escritos por....sabedios, pero escritos con rotuladores, lápices, crayolas con sustancias algunas tóxicas sobre un papel blanqueadísimo tras un muro de ladrillos (cocidos en hornos sulfurosos) e imbricados por un cemento portland que emite cenizas al ambiente y sobre una mesa de madera de sabedios que zona de brasil todo esto con una cámara grabando que supongo que no tiene nada dañino ni antinatural en sus circuitos en un barrio de los USA? bien asfaltado, refrigerado y calefactado.

Es fácil ser naturópata.

Anónimo dijo...

Pon una foto de lo que le pasa a la patata si no se aplican los ttos post cosecha; eso , lo que hay que hacer es cumplir las especificaciones e incluso emplear mezclas al 1% que salen Sin Clasificar!!!!
Me temo que nos vamos a tener que ir quitando de casi todo…como está la vida!
Menos mal que queda gente de fuste, amigos, la música, el buen vino, el cariño de los hijos……