martes, 10 de noviembre de 2009

La derrota del papel


Hace ya algunos meses, me llamó con total corrección alguien de Ihobe, supongo que del departamento de administración, para preguntarme si podríamos dejar de enviarles el boletín mensual en papel y cambiábamos a un formato electrónico que, me argumentó, " saldría más barato y además, ya sabe que es más sostenible".

Tras unos instantes de reflexión, le conteste, cortés y educámente: "Sí, podríamos, pero no lo vamos a hacer..."

Sorprendida, acertó a decir:

- "Pero... ¿por algún motivo concreto?"

Y claro, se lo tuve que explicar: hemos comprobado reiterada y contundentemente que la audiencia y la atención que recibe la comunicación y los mensajes contenidos en el boletín mensual en papel es mucho mayor que el de cualquier comunicación electrónica. En el boletín no incluimos comunicaciones nuevas para las empresas, en realidad, para lo que sirve el boletín es para reforzar mensajes (el botón de “suprimir” es muy tentador en la bandeja de entrada del e-mail).

Que eso es especialmente acusado cuanto más ocupado esté el receptor del mensaje y cuanta más edad tenga, perfil que cuadra con muchos de nuestros gerentes y directores de fábrica. Que el Boletín KIMIKA se publica en formato electrónico en la web, que sabemos que distribuir el mismo PDF por e-mail nos saldría gratis pero que vamos a seguir enviándolo en papel porque interesar a las empresas por uno de nuestros proyectos beneficia más a la Sostenibilidad que el ridículo impacto que supone el papel y las tintas de la edición.

Que el papel y la impresión tienen hueco en el mundo sostenible. Que la producción de papel a partir de madera de plantación forestal, no sólo es sostenible, sino que es un eficaz retenedor de carbono especialmente útil en la lucha contra el cambio climático...

Que las empresas papeleras vascas utilizan sus propios residuos orgánicos para generar electricidad en un fantástico ejemplo de aprovechamiento de biomasa para la generación de energía...
. ..ahora bien, que si querían darse de baja de la suscripción (que es gratuita) no tenía más que decírmelo.

Tras un incómodo y supongo que aún más sorprendido silencio en el que casi se podía oír su pensamiento ("¡anda!, un friki que piensa que el papel no es malo...!"), me dijo:

- "No, no me han dicho nada de baja sólo lo del email... bueno, si eso, ya le vuelvo a llamar..."

Cuando colgué el teléfono, un compañero abogado que estaba conmigo en el despacho en aquel momento me preguntó que a quién le había metido semejante rollo y sobre todo, por qué.

- "Es que ella ha preguntado" - alegué en mi defensa.

No me han vuelto a llamar de Ihobe por este motivo. La verdad es que no sé si es que les convencí, o me han puesto en la lista denominada "Mejor-no-llamar-que-meten-mucha-chapa" o es que nos han dado ya por imposibles ("...fíjate si son malos, que hasta defienden el papel").

Pues sí, defendemos el papel. Por su capacidad para comunicar, para ser soporte de las más grandes obras del ingenio humano. Porque una biblioteca es un excelente y, sobre todo, un utilísimo almacén de carbono (mucho mejor que guardarlo bajo tierra), porque la industria del papel crea y ha creado riqueza y empleo en Euskadi… porque un futuro sostenible necesita del papel.

Por eso, cuando hace unos días Paco Ceño, director de la Escuela del Papel de Tolosa, me invitó a dar una charla sobre REACH, y espero que nadie se moleste por este comentario, me quedé muy preocupado por la sensación de pesimismo, por el viento helado que recorría todas las conversaciones, por lo baja que estaba la moral…. y es que la señales no son buenas.

La Escuela del Papel de Tolosa es una institución muy importante en el desarrollo de la industria papelera en Euskadi. Decorada con preciosas maquinas clásicas restauradas y con las paredes adornadas con decenas de fotos de empresas papeleras en plena producción... en ella ya no se imparten módulos de formación ocupacional en papel.

En el municipio de Tolosa, ya no hay empresas papeleras y cada vez quedan menos empresas del papel en funcionamiento en Euskadi. Hace 2 años que cerró Galgo Paper y al pensarlo, no puedo dejar de acordarme de aquel papel verjurado, de 90 gramos, con la majestuosa marca del perro en plena carrera, hace dos años que la calidad y las cosas bien hechas tienen una referencia menos.

Pero, personalmente creo que lo primero que se necesita para entrar en batalla (y para levantarse todos los días e ir a trabajar) es tener la moral alta.

La industria papelera vasca está superando con nota el más que exigente examen de la Directiva IPPC, siendo evaluada por el profesor más riguroso: su propia capacidad competitiva. Ha avanzado muchísimo y lo va a seguir haciendo. Cuenta con excelentes profesionales y preparados trabajadores.

Yo no puedo darles consejos, no me atrevería, pero me voy a permitir opinar que a lo que se dedica la industria papelera vasca no sólo es útil, no sólo es necesario, es definitivamente imprescindible.


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8 comentarios:

Borja dijo...

pues con todos mis respetos, yo ya me he pedido el kindle para reyes, no pienso volver a imprimir una guía más de reach... me temo que a la industria papelera le hace falta sentarse un buen rato y hacer una planificación estratégica más que severa antes de que les pille el toro tecnológico...

Anónimo dijo...

Lo cierto es que el sector del papel lleva ahora casi 6 largos años de reconversión a nivel europeo e incluso mundial. Sólo en euskadi, desde 2004 han desaparecido 7 fábricas de papel de 21. En Europa sobre las 140 fábricas de papel.
Además parece que el papel se ha convertido en el chivo expiatorio de las políticas medioambientales mal entendidas de pequeñas y grandes empresas, así como de la administración.
Es más fácil decir no imprimas algo que cualquier otra cosa.
Un poco como le pasa a las bolsas de plástico.
Curioso, aquellos que nos incintan a consumir menos papel son los líderes en emisiones de CO2, nos incintan a consumir más usando sus productos/servicios, son los campeones de la globalización en la que uno sabe si lo que acabe de comprar, producido en las chimbambas, se ha hecho respetando el medio ambiente y a las personas, y otros se dejan llevar por los grupos de presión para no incidir en serio en lo que de verdad si contamina.
Nos toca aguantar marea, pero para defendernos tenemos un producto natural, renovable, reciclable, medioambientalmente sostenible y que, lo que es más importante, acerca a las personas físicamente, no virtualmente.
Y que nadie me entienda mal. El sector papelero no está contra del desarrollo tecnológico sino contra los que pretenden implantarlo usando argumentos falsos, poco rigurosos y tendenciosos.

ALyCie dijo...

¿Quién sabe? A lo mejor la bibliotecas, terminan siendo sumideros de CO2 y descuentan del comercio de emisiones.

AVEQ-KIMIKA dijo...

[Tono Marlón Brando en el Padrino]: A ver, Borja, en primer lugar hablas de respeto y no muestras respeto. Yo digo que no me atrevería a dar consejos a la Industria Papelera y tú, lo primero que haces, ¿es largarles uno?.

La industria papelera tiene más que realizada su reflexión estratégica y en ella, estoy seguro, han incluido el factor externo de la irreflexiva campaña de "despapelación" global.

Lo que dices Borja es cierto, pero terriblemente injusto y, en cierto grado, suicida como sociedad.

La Sostenibilidad no puede basarse en clichés. Como ciudadanos deberíamos rebelarnos intelectualmente contra las imposiciones de axiomas sobre los que nosotros mismos no hayamos reflexionado.

Factores tan "evidentes" como la globalmente aceptada perversión intrínseca y absoluta del DDT están siendo cuestionadas por la propia Organización Mundial de la Salud dado el brutal incremento de la mortalidad infantil por malaria en África que ha provocado su prohibición completa.

Sabes, desde siempre, que nosotros no impartimos doctrina. Lo único que pretendemos es que las personas piensen y evalúen y según criterios basado en la ciencia y en la evidencia, actúen en consecuencia. Ya lo decía el Evangelio de San Juan (Jn 8,32): “La verdad os hará libres”, Si no sabes, si no conoces, si te limitas a aceptar las frases hechas que otros te dan, nunca serás libre.

Piensa lo siguiente: ¿cuántos kilos de CO2 hacen falta para completar la carga de la batería que te permita leer 100 horas en un libro electrónico y cuantos kilos de CO2 hacen falta para fabricar un libro y disfrutar de 100 horas de lectura?... en la cuenta deberías poner el peso del carbono que queda retenido en el papel.... (bueno, 100 horas tú, y cuando se lo prestas a tu hermano, y a un amigo y a tu novia y a.....)

Las cosas no son blancas o negras, nunca lo han sido, y menos hablando de Sostenibilidad.

Iñaki, un honor que alguien de su categoría dedique un rato a comentar este modesto blog. Un abrazo solidario.

Borja dijo...

Hoombre Luis, yo ni emito consejos ni espero que se me escuche, sólo escribo un comentario inocente en un blog que se supone abierto a cualquier participación, hasta dónde yo sé todavía me ampara, si es que hace falta, el artículo 16 de la CE, que prohíbe expresamente la reprimenda ante la libertad de pensamiento... y lo peor de todo es que mi comentario en este caso no se basa en moralinas de ningún tipo, sino en mi propia experiencia como consumidor en la búsqueda de una mayor comodidad en mi quehacer diario como ciudadano y profesional... si es obligatorio citar a alguien yo me quedo con Kipling... pensar sin hacerte esclavo de tus ideas...

Como me he sentido más que aludido por tanta letra (y por el tono Marlon Brando) pues ahora sí que voy a dejar mi opinión a modo de respuesta, además tengo dos:

Esta es mi opinión con moralina:

Por supuesto que no voy a defender a empresas que pisotean o directamente obvian todo derecho laboral a sus trabajadores(ya fabriquen chismes para lectura electrónica, o cualquier otra cosa...), esto no es más que otra de tantas carreras dentro del juego capitalista en la que los espectadores-consumidores poco podemos hacer (yo tenía un video BETA, no se estropeó nunca, pero tuve que tirarlo).

Como gerente de una pequeña empresa me parece que el consumo excesivo de papel es un gasto a reducir, si eso beneficia al medio ambiente estupendo, pero más va a beneficiar a nuestra cuenta corriente (La guía del GHS tiene 1300 páginas, por el paquete de 500 folios pagamos 3 € más toner más electricidad... 15€ cada copia que me dejo en el autobús), con lo cual no me parece que nuestra política medioambiental esté mal planteada.

Y esta es mi opinión aséptica:

El fenómeno de la lectura electrónica es ya una realidad (gracias sobre todo, a la industria química y al estudio de las nanoformas... aquello de la contribución invisible es aquí más visible que nunca), está claro que el papel será siempre indispensable para un montón de cuestiones, pero si las grandes editoriales se lanzan al mercado del libro electrónico la cuota de mercado para el libro de papel disminuirá, porque en mi más que humilde opinión el argumento romántico de la cercanía puede valer para una edición especial de La Divina Comedia ilustrada por Barceló, pero no para el último de Larsson...

AVEQ-KIMIKA dijo...

Borja: tú, que tienes alma de escritor, entiendes que la "reprimenda" era un recurso literario para introducir todo lo demás. Si en algo te ha molestado, ruego me disculpes. (eso de sacar el artículo 16 de la Constitución a pasear, ¿qué quiere...?, "m'a llegao").

Dos cosas nada más:

- Si hablamos en términos económicos, ningún problema, ese es el debate correcto. (Si en la campaña contra las bolsas de plástico de determinada gran superfice el mensaje hubiera sido "Quitamos las bolsas gratis para ahorrarnos un pastón... y descontárselo a usted de los yogures", me quitaría el sombrero, pero no me gusta que me llamen idiota).

- Ojo con el kidle, que también es olvidable en el autobús...

Además, citando a Douglas Adams, el lema de este foro, que acabo de decidir es: "Prefiero ser feliz a tener razón".

Anónimo dijo...

¿Cómo leéis este blog en soporte papel o soporte electrónico?
Yo, en soporte electrónico,... pero para estudiar en profundidad un documento lo tengo que hacer por ahora en papel.

Anónimo dijo...

Internet requiere de una infraestructura colosal de satélites, cables submarinos, fibra óptica, servidores, routers, switches, y un gran número de otros dispositivos para transmitir toda su información a nuestras pantallas, teléfonos y demás accesorios.

Si bien buena parte de esta estructura fue heredada de las empresas de telefonía y televisión por cable, sin duda se debió crear mucha infraestructura nueva. Según una publicación de New Scientist de mayo 2009, la actual Internet consume 152.000 millones de kilowatt hora anuales tan sólo para alimentar los centros de datos que la mantienen viva.

Al agregar todas los ordenadores personales conectados, se calcula que en su totalidad, Internet puede ser responsable de hasta el 2% de todas las emisiones de CO2, poniéndole a la par de la industria de la aviación.