jueves, 9 de julio de 2009

(La Administración Pública Desnuda).... vamos con las pegas.



Esto de los blogs es lo que tiene... te empiezas a liar...... Llevo un rato, entre mordisco y mordisco al sándwich, siguiendo un interesante debate en Twitter/blogs sobre la la definición y alcance que puede darse al término Administración Pública y en el cual hay una aportación realmente interesante de Aitor Grandes en su blog llamada “Administración Pública Desnuda”... que les invito a que la lean.

Defiende Aitor, con cierta razón, que cuando se unifiquen y soluciones los problemas de formatos, casi toda la relación (por no decir toda) de los ciudadanos con las Administraciones Públicas, podrían realizarse por vías electrónicas, lo que facilitaría el acceso a la información por parte de la ciudadanía en un ejercicio de transparencia absoluto y descomunal.

Este planteamiento idealista (y si me perdona Aitor, un tanto ingenuo) choca directamente con varios derechos fundamentales que, espero y confio sinceramente, las nuevas tecnologías no se encarguen de destruir completamente, como son la protección de la intimidad, la protección de los datos de carácter personal o, tal y como recoge con acierto la Ley 11/2007 de acceso a la Administración Electrónica: la no discriminación de los ciudadanos que, por el motivo que sea, no tienen acceso al uso de TICs

Desde el punto de vista de la industria, tenemos además un visión un poco más avanzada en estos temas, pues la normativa de acceso a la información medioambiental (Convenio de Aarhus, Directiva 2003/4/CE y Ley 27/2006) hace ya algún tiempo que condiciona el modo en el que la industria se relaciona con la Administración Pública, en un tema tan crucial como es la conciliación entre el derecho de acceso de los ciudadanos y el derecho al secreto industrial.

Me explico: el derecho de acceso a la información ambiental no puede cuestionarse pues parte de un principio incontestable: el medio ambiente es de todos (por lo tanto también mío) y tengo derecho a saber cómo afectan a mi propiedad las actividades de terceros..... pero es imprescindible conciliarlo con el legítimos derecho al secreto profesional e industrial, pues la transparencia absoluta de las actividades industriales y económicas, aplicado en ámbitos geográficos determinados, llevaría a limitar la competitividad de las empresas radicadas en dichos ámbitos, de tal manera que las abocaría a su cierre sin remedio.

En realidad, es la traslación de el concepto clave de la cumbre de la tierra de Río de Janeiro en 1992 a esta materia: el Desarrollo Sostenible.... la clave está en el equilibrio. En conciliar derechos, en compaginar la generación de riqueza, empleo y bienestar con la protección del medio ambiente y la salud.

La teoría que expone Aitor de la Administración Pública Desnuda, es atractiva y lúcida sin duda, pero debemos ser concientes, por muy partidarios que seamos de las TICs de los grandes riesgos que entraña para ciudadanos y actividades económicas.

Por no hablar de datos de Hacienda o de Sanidad y Salud, el Padrón.... o tantos datos sensibles que maneja la Administración y que no pueden, no deben, caer en manos equivocadas.


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1 comentario:

ALyCie dijo...

Yo "creo " que si se puede tener una administración transparente para la industria, mediante una base de datos, alojada en la industria, a la que puede acceder la administración para gestionar los trámites. El problema lo veo en la cantidad de "administraciones competentes" que intervienen y el exceso de trámites, nuevos, viejos y muchos de ellos inútiles y la mayor parte ineficientes.
Trato con sanidad, industria, agricultura, trabajo, fega, EFSA, ECHA, Ayto, Conf. Hidro., etc., ... y con sus intermediarios ECAs, OCAs y certificadoras.