miércoles, 9 de diciembre de 2009

El Reglamento REACH y el Reglamento CLP (o GHS) en una empresa pequeña... ¿una historia con final feliz?.... (I)


(Voy a transgredir la línea editorial de este blog. En teoría, todas las entradas sobre REACH y GHS se publicarían en inglés, a ver si así, alguien en Bruselas o Helsinki, se entera de la opinión de las pymes sobre la que están liando con estos dos temas. En este caso haremos una excepción, no sé muy bien si por el puente y es que estoy perezoso o porque no lo entiendo ni yo mismo en castellano como para hacerlo en inglés... bueno, si me "da el punto" lo traduzco.... además, creo que a las empresas más pequeñas del sector, menos dadas al inglés, les viene bien leer un poco lo que puede pasar y como afrontarlo.

Eso sí, espero que alguno y alguna de los super-expertos que se pasan por aquí de vez en cuando, se animen a echarme un mano en aclararme en esta maraña. En realidad, saben mucho más que yo de REACH y de GHS... lo único que pasa es que son más tímidos.)

A lo que vamos:

Venga, les pido un esfuerzo. Pónganse en situación... Aunque se llaman ustedes Pedro María, de siempre, de toda la vida, les han llamado Peru. Nacieron a principio de los 60, en un pueblo del Goierri de Gipuzkoa, con los que andan ya cerca de los 50 “tacos”.

Nunca fueron buenos estudiantes, de hecho su (de ustedes) pobre madre no ganaba para disgustos, y al terminar la escuela y hacer algo de FP con poco éxito, su tío Julián les dio trabajo en su cuadrilla de albañiles. Allí descubrieron algo curioso: que no tenían ningún problema en trabajar duro, de sol a sol, en las obras (a pesar de que siempre les habían llamado “vagos”...) y que se les daba de miedo "enchapar", es decir, poner azulejos en cuartos de baño, cocinas y demás.

A principios de los 90, tío Julián se jubila, la cuadrilla se medio deshace y ustedes empiezan a coger obras por su cuenta, se especializan en la construcción de piscinas y en el complejo enchapado de azulejos pequeñitos en superficies grandes. Y la verdad es que les va de cine. Cada vez tienen más obras y cada vez mejor pagadas.

La verdad es que son ustedes gente de mente inquieta y siempre le dan vueltas a cómo hacer mejor las cosas. Ya hacía tiempo que andaban dándole vueltas a un problema: los "pegamentos" que manejaban para fijar los azulejos no daban buen rendimiento. Desde luego, no eran baratos pero, además, eran complicados de dosificar y aplicar y, además, no aseguraban una fijación a largo plazo... un porcentaje apreciable de azulejos se levantaba con la consiguiente reclamación de los clientes.

Pero allá por 1998 se dieron cuenta de la solución. Hablando con un amigo de la cuadrilla que estudió químicas en Donosti y que trabaja en una fundición, hicieron algunas pruebas y encontraron la formula y el procedimiento preciso: A un pegamento estándar, una resina (así llamada por su parecido físico a la resina, no porque se saque de ningún árbol) de cloruro de polivinilo, en un proceso con calor en el momento adecuado, le añadieron una cierta cantidad un plastificante (Di-isobutil ftalato), una carga de carbonato sódico y un lubricante... compraron una mezcladora con calor de segunda mano a una fundición y la fórmula funciona de lujo.

Desde entonces, hasta la presente situación de crisis, su (de ustedes) cuadrilla se ha convertido en la mejor y más solicitada en la construcción de piscinas y, especialmente, en las complicadas formas de las piscinas, fuentes y bañeras de los balnearios y spás.

Les han llamado de sitios tan alejados como Murcia, Almería o sur de Portugal y, por supuesto, de Madrid para arriba (salvo algo en Cataluña) no tienen rivales. Los diseñadores de las piscinas consultan detalles de sus proyectos con ustedes, incluso antes de entregarlos.

Y como el sector es como un patio de vecinos y todo se sabe, en la competencia ha habido muchos rumores respecto a la “mágica” fórmula del pegamento. Hasta, por hacerle un favor, le envió 5 litros a Germán, que es un colega gallego, que vive en Toledo, y con el que siempre se ha llevado muy bien, eso sí, sin cobrarle nada más que el envío.

De hecho, hace ya algún tiempo, el director comercial para sur de Europa de la principal distribuidora de, entre otras cosas, los productos para fijación de los azulejos, vino a visitarles y les hizo una oferta: les compraba la fórmula por una bonita suma... o bien, se ofrecía a distribuirla a sus (de ellos) clientes por toda España, Portugal, Italia y Francia... y después, probablemente, para toda Europa. Ustedes solamente tendrían que fijar el precio a cambio de la exclusiva y asegurar la capacidad suficiente para fabricar las cantidades que cubran la oferta... el valor percibido por el usuario del nuevo pegamento es muy alto, ahorra mucho tiempo y esfuerzo en la aplicación y da mejor resultado de modo que el margen que pueden fijar es alto... Ustedes saben que el secreto de lo bien que les ha ido hasta ahora el negocio no está en el pegamento... al menos no sólo en el pegamento.

¿Qué oferta aceptarían?... ¿aceptarían alguna?

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