lunes, 17 de mayo de 2010

Europa, la industria, la globalización y el medio ambiente


Me ha sucedido ya varias veces, que técnicos de un admirable nivel y preparación profesional me mandan mensajes por e-mail, incluso alguno, con más confianza, hasta me llama y me tiene 5 ó 10 minutos al teléfono, sin la más mínima intención de consultar nada… contándome sus preocupaciones y frustraciones profesionales, solamente para desahogarse…

El hecho de que me llamen a mí no creo que sea por mis dotes de psicólogo… más bien creo que tiene que ver con el contendido de este viejo post "Cuando el papeleo no deja trabajar por el medio ambiente" , tiene que ver con el hecho de que aspectos que les preocupan y agobian… no se pueden explicar a nadie… ni si quiera a nadie de su propia empresa… nadie les comprendería… y eso resulta un poco frustrante.

Elvira Callejo, que es la responsable de medio ambiente de una importante empresa industrial en Euskadi., me mandó el otro día uno de esos e-mails. Elvira me contaba la contradicción en la que se encuentran los técnicos de medio ambiente de la industria europea que ven como dos fuerzas opuestas tiran (y tiran fuerte) de cada uno de sus brazos en sentidos opuestos: la globalización, por un lado, y el liderazgo de la UE en materia medioambiental, por el otro.

Todos sabemos que, a largo plazo, ese liderazgo se concreta en fábricas más eficientes y competitivas… pero hasta llegar a ese día que llamamos “largo plazo” muchas cosas pueden quedarse por el camino…. El caso es que le pedí permiso a Elvira y, muy amablemente, me dejó publicarlo:

A veces me da por pensar que los políticos saben de la situación de las empresas y de sus problemas, ya que como yo lo veo todos los días no se me ocurre que los demás de una u otra forma no lo vean en su vida diaria. Pero luego aparecen en las manifestaciones los Sindicatos y demás parados y tampoco hacen mención a ciertos temas primordiales, bajo mi punto de vista. Un profesor de primaria solía decirnos en clase una frase que es horrenda en sí misma, pero que se me quedo grabada de pura repetición. Cuando un alumno decía 'Yo pensaba que había que hacer,... ', o, 'Yo creía que ya sabias ..'. La frase es: 'Don Creite y Don Pensete eran primos de Don Tonteque'. Bueno pues eso, quiero contar una reflexión que PIENSO que es de Perogrullo y que quizás vosotros, podéis transmitir o habéis transmitido ya en algún foro con Gobierno Vasco de una forma adecuada.

Todos vamos a las tiendas y vemos que muchos de los productos ya no se fabrican en Europa. Una gran cantidad se traen de países de bajo coste: China, República Checa, Tailandia, India,...etc. Al principio eran marcas muy concretas de ropa técnica para practicar deporte, por cierto muy caras, por tanto se supone que les quedará bastante margen de ganancia, pero ahora lo difícil es encontrar algo fabricado en Europa (como para buscar que se fabriquen en España, o en Euskadi !!). Te las ves y te las deseas para encontrar unos espárragos que no sean de China, el producto claro, el envasado sí que suele ser de Navarra.

Qué lectura sacamos de esto: que en Europa se está dejando de producir progresivamente. Poco a poco pero sin pausa.
Causa: deja más margen de beneficio un producto que viene de un país de bajo coste.
Para quién es el beneficio: para una multinacional cuyos inversores son pocos y residen en países occidentales.
Futuro posible de las empresas europeas: Comercializar los productos que se fabrican fuera de Europa y desmantelar todas sus instalaciones productivas. Además de regalarles nuestro know-how.

Consecuencias: Menor número de trabajadores europeos, mayor paro. MAL
Consecuencias: La riqueza se la reparten entre menos y por tanto se pierde calidad de vida general (Igual que en la Edad Media los señores feudales, y los labradores y los vasallos). MAL
Consecuencias: Menor contaminación controlada, es decir se contamina menos en Europa. BIEN
Consecuencias: Mayor contaminación descontrolada en países de bajo coste y sin legislación ambiental. MAL
Conclusión: Globalmente contaminamos más la atmósfera, los ríos, acuíferos, el mar y el suelo de la TIERRA en instalaciones tecnológicamente peores. Es un transvase de contaminación de Europa a otros países. MAL, y MUY MAL.

Sentido de las leyes ambientales Europeas: Controlar y reducir la contaminación. Para ello se exigen controles acreditados (analíticas de vertido, de emisiones, de ruido...). Estos tienen unos costes muy elevados que encarecen el producto final de cada empresa europea.
Consecuencias a añadir a los problemas económicos de las empresas: Las multinacionales siguen pidiendo unos beneficios y menos gastos, luego sale rentable desmantelar la producción y llevarla lejos de Europa, y tan sólo comercializar productos aquí.
Sentido de las leyes ambientales Europeas: Transvasar la contaminación de Europa a otros países.

Posible solución: Obligar a las personas a repartir las ganancias entre el resto. UTÓPICA
Posible solución: Cerrar las fronteras y que cada país consuma lo que produzca. UTOPÍA
Posible solución: Frontera que carga unos aranceles a los productos de países que no acrediten una gestión ambiental, de sus residuos, vertidos, emisiones, una gestión de seguridad y de los recursos humanos (para que no trabajen niños, o personas adultas durante más de 10 horas diarias). UTOPÍA
Posible solución: Que nos vayamos nosotros a trabajar a esos países de bajo coste, donde la vida es más barata y todavía tenemos conocimientos para ganarnos la vida. INMIGRACIÓN UTÓPICA
Posible solución para mejorar el Medio Ambiente: Que nadie contamine en ningún país. UTOPÍA

En las empresas donde trabajamos cada vez se subcontratan más trabajos a terceros y se traen más piezas de países de bajo coste, cerrando secciones de fabricación. Otras empresas europeas pertenecientes a multinacionales a la que pertenecemos, han sido cerradas. Tan sólo queda el área comercial en países muy cercanos. Nuestras fábricas sufren recorte tras recorte como ahora los están sufriendo en Francia, en Italia o en Alemania. A futuro se esperan más…. Es increíble que una multinacional compre empresas para luego cerrarlas (esto ya aparecía en una película de Hollywood, os suena 'PRETTY WOMAN', ¿a qué se dedicaba Richard Gere?). Todavía no entiendo porque lo sindicatos, los políticos, los políticos europeos no entran a discutir este tema. ¿No está ocurriendo esto en cientos de empresas?

Esto es lo que yo veo en el mundo donde vivo. Es una imagen negativa de la industria y del futuro de la industria en Europa, además de la contaminación que se generará. Hay que ser positivo para seguir trabajando en el mundo en el que vivimos, pero no hay que cerrar los ojos a la realidad y a los políticos se les elige para que gobiernen el país y se preocupen por estos temas, no para que miren a otro lado y sigan creando leyes sin contar con lo que tienen alrededor.

Firmado: Una persona que aún trabaja en Europa.


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1 comentario:

lucía dijo...

La única solución posible (aunque parcial) es convencer a los consumidores europeos de comprar productos fabricados aquí. Aunque yo ya busco en las etiquetas los productos más locales, reconozco que no represento al consumidor medio. Pero es que todavía no les hemos explicado las razones principales por las que deben hacerlo, por las que el coste añadido es importante, como les daña comprar productos "externalizados" en el bolsillo, en la salud y en el futuro laboral.
Recientemente hemos empezado a trabajar con un cliente que produce todo aquí, que busca sus distribuidores cerca y que a pesar de que lo hacen reduciendo sus márgenes y que consideran es uno de sus pilares como empresa, no lo han explicado todavía a sus clientes. Es un valor añadido para su producto que ahora mismo están desperdiciando. Cierto que no puede ser lo único que defina a sus productos, pero sí creo que tiene que estar presente, junto con los demás valores más clásicos.
Esto también ocurría con los productos que ofrecían una ventaja medioambiental hace 10 años, que nadie consideraba que se le pudiese sacar un rendimiento, no había forma de hacerlo rentable. Sin embargo ahora, tras años de lucha y de concienciar al público, empiezan a surgir productos que venden más, o con mejor margen, gracias a la etiqueta verde.
Queda mucho por andar, pero si ha existido algún momento para poner en valor el localismo, tiene que ser por fuerza este, ya que el consumidor final está viviendo los efectos de la mal entendida globalización en sus propias carnes.
El "largo plazo" merece la pena, el cortoplacismo nos ha dolido y deberíamos aprender las lecciones. Europa, mal que nos pese, debería seguir dando ejemplo en cuestiones medioambientales y laborales.